POLÍGONO cogullada

El plan de usos de Cogullada aspira a introducir tiendas, industria limpia, y negocios de movilidad compartida

El futuro del polígono, encajado en el casco urbano, queda en manos del próximo gobierno, aunque hay consenso político en revitalizar la zona sin construir viviendas.

Cogullada se encuentra en un “pésimo estado”, tal y como reconoce Urbanismo, pero ofrece oportunidades de reconversión.
Cogullada se encuentra en un “pésimo estado”, tal y como reconoce Urbanismo, pero ofrece oportunidades de reconversión.
Oliver Duch

Encajado en el casco urbano de Zaragoza, el polígono de Cogullada mantiene una actividad aceptable, con el 67% de las naves en uso, pero su deterioro se acentúa, así como el contraste con un entorno residencial que reclama cambios. El Ayuntamiento, consciente de esta situación, lleva años trabajando para revitalizar una pastilla que abarca 600.000 metros cuadrados. Para ello, se ha elaborado un borrador de posibles usos que cuenta con el consenso de todos los grupos políticos, y que aspira a introducir tiendas y servicios, mantener la industria no contaminante y apostar por sectores estratégicos como la movilidad compartida y el vehículo eléctrico.

Eso sí, será el próximo gobierno municipal el encargado de lanzar el plan especial necesario para permitir nuevos usos en la zona, ya que ZEC no ha conseguido culminarlo, aunque quien llegue tendrá el camino allanado. Los portavoces de Urbanismo de las cinco formaciones están de acuerdo en que no se introduzcan viviendas en los suelos del polígono, ya que se quiere que se mantengan como un “polo económico” dentro de la ciudad, detallan fuentes municipales.

En este sentido, se valora no solo que todavía 166 de las 248 naves tengan actividad, sino que su ubicación estratégica es muy valiosa tanto para las empresas que allí se instalen como para los intereses de Zaragoza. “Te brinda la posibilidad de hacer cosas que no puedes en otros polígonos”, comenta el concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz. De hecho, algunas propuestas puntuales ya han visto la luz estos años, como un supermercado, varios concesionarios de coches e incluso una iglesia.

Patinetes, ‘carsharing’...

La idea es profundizar en este tipo de usos terciarios en las naves perimetrales del polígono, de forma que permitan una integración más amable en la ciudad. Así, se piensa en equipamientos que, por sus características, tienen mejor encaje, como gimnasios o pistas de pádel. Mientras, en el interior se quiere mantener las empresas respetuosas con el medio ambiente y potenciar la llegada de otras vinculadas a la denominada economía circular, que permite el tratamiento de materiales y desechos para su reintroducción en el mercado.

Sin embargo, la principal apuesta municipal para revitalizar Cogullada pasa por convencer al sector de la movilidad compartida y del vehículo eléctrico. El Ayuntamiento ha mantenido contacto con agentes destacados de esta industria para conocer cuáles son sus necesidades y si verían con buenos ojos su desembarco en el polígono. “Por ejemplo, muchas de estas empresas piden zonas para poder circular en pruebas, y Cogullada es perfecto en ese sentido”, apunta Muñoz.

También tendrían buen encaje las empresas que ofrecen servicios de movilidad compartida, como bicicletas, patinetes o motos, que deben recargar las baterías de los vehículos por las noches, ya que podrían hacerlo sin tener que desplazarse hasta polígonos de la periferia. Además, otros servicios de alquiler, como los de coches (‘carsharing’), podrían ofrecer a sus clientes buenas conexiones con la red de transporte urbano una vez devuelto el automóvil.

Incentivos para las empresas

Para propiciar la llegada de este tipo de negocios, Urbanismo tiene pocas herramientas, ya que el polígono es privado, pero cuenta con algunos recursos que quiere utilizar. Por ejemplo, plantea otorgar beneficios urbanísticos a aquellas empresas que se ciñan a los usos que busca el Ayuntamiento, como flexibilizar las posibilidades de construcción o conseguir que el suelo sobre el que se asientan gane valor.

Otra cuestión, con peores perspectivas de solución, es el estado de las calles y los servicios del polígono. Pese a que los suelos industriales son de propiedad privada, los viales son municipales y requieren de una “gran inversión” que seguramente no esté al alcance de las arcas públicas. Desde el Consistorio reconocen que “está en muy mal estado”, por lo que apuntan a la implicación de otras administraciones públicas en el proyecto de recuperación.

Mientras tanto, la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza ultima un informe de análisis y propuestas para Cogullada encargado por el Consistorio el pasado mes de diciembre. El documento se unirá a la documentación municipal, que tiene información detallada de la actividad en cada una de las industrias –han arraigado numerosos almacenes de productos chinos, pero también hay peñas o salas de ensayo–, del fuerte deterioro del polígono e incluso de los usos ilegales que han proliferado en los últimos años en las naves abandonadas.

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