Sucesos
El "MacGyver" pincharruedas de Alagón ataca de nuevo
Si la primera vez dejó en el suelo casi una docena de neumáticos con un complejo invento, ahora reaparece con otro eficaz gancho afilado.
El “MacGyver” pincharruedas de Alagón ha vuelto a la carga. Y si hace unas semanas fabricó unos infalibles artilugios compuestos de cuatro tornillos afilados con los que consiguió dejar en el suelo los neumáticos de hasta seis coches, esta vez se ha inventado una especie de garfios que han vuelto a provocar varios pinchazos en el entorno de la plaza Virto, en pleno Casco Histórico
Como sucediera a mediados del pasado mes de marzo, los vecinos se encontraron este fin de semana la plaza sembrada de estos peligrosos ganchos. Y como entonces, el rebuscado y eficaz diseño de estas puntas deja claro que su artífice trabaja con habilidad el metal y cuenta con herramientas precisas.
Los tornillos de cuatro puntas que fabricó la primera vez estaban soldados de tal manera que cayeran como cayeran, siempre quedaba un extremo afilado hacia arriba. ¿Qué conseguía con ello? Que al maniobrar, prácticamente todos los conductores pincharan. Cuando los afectados denunciaron lo sucedido ante la Policía Local de Alagón, los agentes inspeccionaron el entorno de la plaza de Virto y pudieron recuperar hasta 16 de estos pinchos.
En esta ocasión, los vecinos que han pinchado se han encontrado un artilugio distinto clavado en sus neumáticos. Se trata de un alambre grueso con los extremos doblados y afilados, algo más simple -no requiere de soldadura-, pero igualmente eficaz. Al igual que su otro invento, estos ganchos están diseñados de tal manera que siempre una punta queda hacia arriba.
Los propietarios de los coches dañados han vuelto a denunciar los hechos ante la Policía Local y la Guardia Civil, que tendrán que empezar a patrullar algo más esta céntrica zona si quieren poner fin a la peligrosa perversión del anónimo vándalo. Lo que tienen claro es que esto "no es cosa de críos”. De hecho, piensan que detrás de estos pinchazos hay un adulto al que no le gusta que nadie de fuera vaya a aparcar a allí. Sobre todo, desde que el Ayuntamiento hizo peatonal gran parte de la plaza de Virto, dejando muy pocas plazas de estacionamiento.
