Tribunales en Zaragoza

Habla de venganza para no ir a prisión por una violación en Ricla  

La víctima asegura que el acusado la abordó cuando iba sola por un camino y las pruebas de ADN lo delatan.

JUICIO POR VIOLACION / AUDIENCIA PROVINCIAL DE ZARAGOZA / 07/03/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
El acusado, junto a la intérprete, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Nueve años de prisión y 1.800 euros en multas. Esa es la pena que ayer propuso la Fiscalía para Telu G., un temporero rumano al que acusa de violar, lesionar y amenazar a una compatriota en Ricla. Durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza, el hombre no solo negó los cargos, sino que habló de una supuesta venganza. Y no por parte de la denunciante –"ella no tiene ninguna culpa, seguro que la obligaron", declaró–, sino de unos prestamistas –"me obligaban a pagarles un euro por cada hora que trabajaba en el campo y me negué", añadió–.

Según consta en la denuncia presentada ante la Guardia Civil, los hechos se produjeron sobre las cinco de la tarde del 20 de marzo de 2017, cuando la mujer caminaba sola por el camino de Rodanas de Ricla. "Salió a mi encuentro y me dio un puñetazo tan fuerte en la cara que me tiró al suelo. ‘Si no haces lo que te digo, te mato’, me dijo después", explicó la víctima. "Acto seguido, me arrastró hasta una zona de árboles en la que había un viejo colchón. Allí me agarró fuertemente del cuello y empezó a quitarme la ropa», añadió.

Como declaró en su día en el juzgado de instrucción de La Almunia, la denunciante insistió ayer ante el tribunal de la Sección Sexta en que el hombre la penetró varias veces contra su voluntad mientras le apretaba con violencia la garganta. "Casi no podía ni respirar", dijo. "Cuando creí que todo había acabado, me levanté y traté de encontrar mi teléfono móvil. Pero él volvió a cogerme del brazo y a llevarme otra vez al colchón", concluyó.

La denunciante relató lo ocurrido por videoconferencia, ya que ahora vive en Rumanía. Para apuntalar la acusación, además de con el testimonio de la mujer, el fiscal cuenta con los informes médicos, que dan cuenta de una serie de lesiones en diferentes partes del cuerpo: genitales, rostro, cuello, tórax, la clavícula, muñeca... Los investigadores enviaron también al laboratorio la ropa que llevaba puesta la denunciante –que acudió al cuartel en cuanto logró escapar de su agresor– y se confirmó la existencia de ADN del encausado en varias prendas.

Niega que lo conociera de antes

El encausado negó que aquel día abordara a su compatriota y que la violara. Sin embargo, al preguntarle cómo podía justificar entonces que se hallara su semen en la ropa interior y un pantalón de la denunciante, dio distintas explicaciones. Por un lado, aseguró que habían mantenido relaciones consentidas con anterioridad. Por otro, dijo que su entonces pareja y la denunciante eran muy amigas y que la primera le había podido dar una bragas a la otra, alimentando la teoría de la conspiración o venganza.

En cualquier caso, la denunciante quiso dejar claro que al acusado no lo había visto nunca antes. La defensa, a cargo del abogado Marcial Serrano, pide la absolución.

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