Un matrimonio de Cuarte: "Hemos dormido 20 días en el coche"

José Sierra y Felicidad Herrando, de 59 años, se han visto en la indigencia a causa del desempleo y la enfermedad. Amigos y vecinos del municipio les han ayudado a alquilar una vivienda, mientras él sigue buscando empleo para salir de esta situación. "Si me dan un trabajo, no necesito más", asegura él.

José Sierra, de 59 años, enseña el aparcamiento de Cuarte en el que han estado durmiendo cerca de un mes.
José Sierra, de 59 años, enseña el aparcamiento de Cuarte en el que han estado durmiendo cerca de un mes.
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A José Sierra y Felicidad Herrando, un matrimonio de Cuarte de 59 años, la crisis les ha golpeado con dureza en los últimos años. Perdieron el piso en el que vivían tras un proceso de desahucio y, sin un trabajo ni otro sitio adonde ir (por problemas familiares), han acabado durmiendo durante este último mes en el coche de ambos.

"Si no fuera por los amigos que nos están ayudando, no estaría yo aquí...", confiesa Feli, con gesto triste, desde el sofá de la casa en la que viven temporalmente. Varios amigos y conocidos del municipio -entre ellos, la médica del ambulatorio que lleva su historial clínico- les han ayudado económicamente a alquilar la vivienda en la que residen desde hace solo un par de días, tras pasar muchas dificultades económicas.

"Hemos estado 20 días viviendo en la calle porque no teníamos ni para una barra de pan. Yo llegaba al médico con los pies helados de frío, que no me podía ni calzar. Los amigos nos han ayudado a conseguir este piso y si no es por ellos no tendríamos para pagar", explica la mujer, operada del corazón y jubilada por enfermedad.

Feli cobra una pensión de 600 euros, mientras que José, a quien los que lo conocen definen como "un hombre humilde y trabajador", está en el paro desde hace meses y con la cuenta en números rojos. Dicen que tienen varios préstamos pendientes por devolver y que los 400 euros de prestación que él recibe se le van en el alquiler de esta nueva casa (un apartamento de un domitorio, salón-cocina y un baño) a la que se han mudado. "Yo no pido más que un trabajo. Si encontrara un empleo, yo me valgo, no necesitaría nada más", asegura José, quien denuncia las dificultades que pone el sistema para encontrar trabajo a su edad.

"El otro día en la oficina de empleo me dijeron que era demasiado viejo para trabajar, pero muy joven para jubilarme. Llevo cotizados 43 años y he trabajado en el metal, de portero, como albañil, electricista, jardinero... Yo lo que quiero es trabajar para poder comer todos los meses", subraya José, quien trabajó también hace un tiempo como operario de mantenimiento en el Ayuntamiento de Cuarte, donde llevan 11 años viviendo. "A mí Zaragoza, por la polución, me va muy mal. Así que por mi salud, nos vinimos a vivir a Cuarte", añade Feli.

Servicios sociales

Por su parte, los servicios sociales de la localidad son también conocedores de la situación de esta familia, si bien aseguran haberles facilitado "toda la información sobre los recursos" a los que pueden acceder en su situación.

"Los servicios sociales estamos para cubrir cualquier eventualidad atendiendo siempre a las necesidades básicas, y cuando se detecta una necesidad, se da una respuesta adecuada a los criterios que se consideren. Ahora bien, con los recursos que hay actualmente en la comunidad, creemos que no tendrían que estar durmiendo en la calle", apostilla una trabajadora del Ayuntamiento, que insta a su vez a este matrimonio a buscar otras fórmulas para revertir su situación.

"Los servicios sociales no tenemos viviendas disponibles ni somos una inmobiliaria. Si tienen unos ingresos, tienen que costearse parte o colaborar en lo que consideren oportuno, pero ellos tienen también que dar pasos para solucionar esa mala gestión que se ha producido por desconocimiento o porque hay veces que te vienen todas las cosas juntas y no puedes llegar a todo, sino que hay que ir paulatinamente priorizando lo más urgente", concluyen desde el consistorio.

José, por su parte, precisa que se les ha ofrecido dormir en el Albergue, algo a lo que se han negado por la delicada situación de salud en la que se encuentra su mujer. Él agotó la prestación por desempleo el mes pasado y ahora -asegura- se encuentra sin ingresos a la espera de encontrar un empleo o agotar ese mes de espera para poder solicitar de nuevo el subsidio. "El carnicero hoy me ha dado lo que ha podido para hacer unas lentejas, y con ayuda de unos y otros nos vamos apañando, pero yo lo que quiero es trabajar... Me da igual de electricista, que de barrendero o en mantenimiento. Si tuviera un empleo, no necesitaría más", reitera con humildad este zaragozano, de 59 años.

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