Cierra Casa Gavín tras casi 120 años de trayectoria

El local, con un gran valor artístico y arquitectónico, se ha puesto a la venta en 240.000 euros.

Un empleado de la inmobiliaria, colgando el cartel en el que se anuncia la venta del local de Casa Gavín.
Un empleado de la inmobiliaria, colgando el cartel en el que se anuncia la venta del local de Casa Gavín.
J. L. Solanilla

Hace unos días, un empleado de la inmobiliaria zaragozana Shilfram colgaba un cartel en la persiana bajada de Casa Gavín anunciando la venta de este emblemático local comercial. Se ponía fin así a una larga trayectoria comercial de casi 120 años en la venta de semillas y otros productos relacionados con la agricultura.

Es otro comercio centenario más que pierde la capital aragonesa, ubicado en un edificio emblemático, en el número 100 de la avenida de César Augusto, bajo uno de los porches laterales del Mercado Central, actualmente en obras de remodelación. Fue fundado en 1900 por Saturnino Gavín Abadías y ahora estaba regentado por la tercera generación de la familia. El actual propietario, a causa de una enfermedad, tuvo que cerrar hace un tiempo porque no podía atender una actividad comercial que languidecía hace años, acuciada por la voracidad de los grandes centros comerciales y locales del tipo ‘todo a 100’. Pero lo que parecía un cierre temporal se convirtió en definitivo cuando se colgó el cartel de ‘Se vende’, ante la estupefacción y sorpresa de los paseantes y de los comerciantes vecinos.

Además de este nueva pérdida en la oferta comercial tradicional del centro de Zaragoza, ahora se abre la incógnita de lo qué pasará y qué destino tendrá el local, que tiene un gran valor artístico, además del sentimental.

Se trata de un edificio declarado de interés arquitectónico por el Ayuntamiento, que fue proyectado por el arquitecto José de Yarza Echenique para Conrado Hernández Pardo en 1904. Tal y como asegura el anuncio de venta en la inmobiliaria, lo que le hace realmente especial y único a este local es el artesonado de la decoración interior, de “incalculable valor”, aunque ellos sí han puesto un precio de venta inicial: 240.000 euros. “No pierdas esta ocasión, invierte en arte y al mismo tiempo podrás desarrollar si quieres una actividad comercial de forma diferente y especial. Ven a verlo, no te dejará indiferente”, dice el anuncio en cuestión.

Detalle de la madera tallada de uno de los anaqueles de la tienda. Foto Heraldo.

El local tiene una superficie construida de 143 metros cuadrados, de los que 127 son útiles, repartidos en tres plantas. Su decoración se atribuye al arquitecto Ricardo Magdalena. La fachada tiene una composición simétrica, articulada por los dos cuerpos laterales, correspondientes a las puertas de ingreso a la tienda y a la casa, flanqueadas en los extremos por las pilastras que sostendrían un cuerpo superior, sustituido en época reciente. Todos estos elementos están realizados en madera de calidad, tallada y barnizada, aunque el zócalo de mármol es reciente.

El diseño de la puerta de la casa revela influencia del modernismo geométrico en su diseño aunque las decoraciones talladas son todavía bastante eclecticistas, como los originales capiteles de las pilastras. Modernistas son las rejas de las sobrepuertas, con decoraciones florales y tallos en coup de fouet.

El interior conserva en excelente estado la decoración del espacio principal de la tienda. Ejecutado totalmente en madera tallada presenta un espectacular conjunto de anaqueles expositores articulados por esbeltas columnillas sobre las que se eleva una rica techumbre de casetones. El resultado es una obra excepcional que se inscribe dentro de un estilo plenamente eclecticista, estilo del que el arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena (1849-1910) fue uno de los máximos exponentes en España.

Publicidad de Casa Gavín a comienzos del siglo XX. Foto Heraldo

Medalla Basilio Paraíso

Casa Gavín recibió en 2003 una de las medallas concecidas por la Fundación Basilio Paraíso a los comercios centenarios de la ciudad. Esta fundación recordaba entonces que Saturnino Gavín Abadías, emprendedor comerciante nacido en Gavín (Huesca), llegó a Zaragoza en 1900 e instaló una tienda en la Plaza del Mercado 18-20, hoy avenida César Augusto 100. Comenzaba así la historia de Casa Gavín, comercio en el que se vendían tanto semillas como ultramarinos. Sólo tres años después, el bullicioso carácter comercial de la zona se vio confirmado con la apertura del Mercado Central.

"El cambio de las simientes mejora la producción, la tienda rinde mucho al que le confía semillas de esta casa", anunciaba Gavín en la publicidad de la época. En el propio establecimiento se seleccionaban las semillas para venderlas limpias de cuscuta y elementos extraños. La venta era a granel y la Granja Escuela de Agricultura de Zaragoza analizaba todas las semillas. Ya en 1930, recibió una distinción de la I Exposición Nacional de Horticultura por su colección de hortícolas y legumbres.

Saturnino Gavín falleció en 1961 y el negocio pasó a su hijo José, quien potenció las semillas frente a la venta de ultramarinos. En 1972, cuando murió y se hizo cargo de la tienda su viuda María Pilar Ramírez Ruanes, sólo se vendían semillas. Era una actividad que había experimentado un gran cambio y ya no se compraban directamente las semillas al agricultor, sino que las empresas productoras desempeñaban dicho papel. Casa Gavín afrontó el cambio con decisión: mejoró el servicio (las semillas se trataban, certificaban y envasaban), ofreció más variedades y buscó nuevos suministradores nacionales e internacionales.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión