Alfredo Quílez: "Uber y Cabify han interpretado la norma a su interés y eso no puede ser"

Las asociaciones mayoritarias están negociando con la DGA, los grupos políticos y el Ayuntamiento.

Alfredo Quílez, en la calle de Costa.
Alfredo Quílez, en la calle de Costa.
Guillermo Mestre

Alfredo Quílez representa la cuarta generación de Turismos Quílez, una empresa radicada en la capital aragonesa que comparte la denominación ‘VTC’ con las dos compañías que han desatado la tormenta en el sector del taxi de las grandes ciudades: Uber y Cabify. La ley las encuadra en el mismo grupo... pero Quílez marca unas distancias casi abismales con las polémicas aplicaciones.

"Nosotros no nos dedicamos a la inmediatez de los servicios, como el taxi o Uber y Cabify: trabajamos bajo contratación previa con una cartera de clientes que nos ha costado muchos años establecer", afirma Alfredo Quílez. Este empresario zaragozano es el presidente de la asociación en la que se aglutinan las VTC tradicionales, antes denominadas Gran Turismo.

Muchas de estas compañías tienen a sus espaldas varias décadas de actividad, pero han saltado a la primera plana con la polémica generada con la actividad de Uber y Cabify en España. "Hemos convivido siempre perfectamente con el taxi. Cada uno nos hemos dedicado a nuestra parcela, nos hemos respetado y no ha habido problemas", afirma Alfredo Quílez. Se puede decir que las VTC tradicionales y el taxi viajan juntos en el mismo barco. De hecho, la asociación que preside Quílez también está inmersa en las negociaciones para tener publicada una regulación nueva de estos servicios en Aragón. Y como los taxistas, quieren que la ley esté en funcionamiento antes de las elecciones.

La contratación previa es la figura que diferencia a la VTC tradicional de las aplicaciones de moda. La norma actual establece que las VTC no pueden alquilarse en la vía pública como los taxis: el cliente que quiere viajar ha debido llamar antes para contratar el servicio. El tiempo que media entre la solicitud y el viaje, es una de las cuestiones peliagudas de este asunto, el aspecto con el que ‘juegan’ las aplicaciones para asimilarse más a los taxis que a las VTC.

Alfredo Quílez considera que Uber y Cabify han interpretado las normas existentes "a su interés". "Han ampliado la flota de taxis, taxis disfrazados, y eso no puede ser. Les hacen competencia directa al taxi y no es lo que corresponde a nuestra actividad", sostiene.

La compañía que dirige Quílez junto a su hermano fue la que recientemente recibió una llamada de Cabify para interesarse por cómo desarrollaban su trabajo en Zaragoza. A pesar de ello, Quílez no cree que esta ‘app’ tenga verdadero interés en instalarse en Aragón.

Su intuición la ilustra con datos: el aeropuerto de Zaragoza recibe dos vuelos comerciales al día y el de Granada (235.000 habitantes) más de 20, afirma, señalando que este es el indicador que hace que estas ‘apps’ opten por una ciudad u otra. Uber empezó a operar en la ciudad de la Alhambra hace 15 días y, antes de esa fecha, se publicó que Cabify había tanteado el terreno.

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