Las placas cerámicas del callejero de Villamayor, intocables

Patrimonio ha paralizado de forma temporal la sustitución de cualquier rótulo de cara a su posible protección

José Luis Ona, junto a uno de los carteles cerámicos de Villamayor.
José Luis Ona, junto a uno de los carteles cerámicos de Villamayor.
J. L. Ona

Hace un mes, el Ayuntamiento de Villamayor de Gállego lanzó un proceso participativo para recoger ideas para crear una nueva señalización urbana unificada, que este viernes por la tarde llega ya a la sesión retorno. Y mientras la polémica que ha generado esta iniciativa, con vecinos que se oponen a eliminar las placas cerámicas históricas del callejero, continúa... e incluso  crece. Ahora, el Gobierno de Aragón ha resuelto suspender por un plazo máximo de 2 meses cualquier posible cambio de estos carteles, mientras decide sobre su posible protección.

A principios de enero, el Consistorio y la Dirección General de Participación Ciudadana, Transparencia, Cooperación y Voluntariado (Aragón Participa) del Gobierno de Aragón iniciaron el proceso, que ha incluido una reunión informativa, talleres con escolares y con público en general, y una última sesión, donde se expondrán las aportaciones (salón de plenos, a las 19.30). Esta iniciativa nació con el objetivo de dar una coherencia al callejero de esta localidad, viendo la situación en la que se encuentra la señalización del callejero urbano, con dispares diseños, materiales, calidades, algunos estropeados con el tiempo y sin una identidad común, según explicó el alcalde, José Luis Montero (CHA). Muchas placas conservaban incluso el escudo de Zaragoza, localidad a la que perteneció desde fines del siglo XII hasta 1833 y de 1912 a 2006.

Esta decisión chocó con la oposición de la agrupación socialista y de vecinos, que exigían que se protejan los azulejos que forman parte del patrimonio histórico. Iniciaron una recogida de firmas, para trasladar su malestar por la decisión de eliminar las placas, quitando así también el escudo de Zaragoza, "que fue durante siglos el emblema heráldico de Villamayor", lo que atentaría contra el pasado local, recordó la portavoz socialista, Azucena Pascual.

Un vecino de Villamayor, José Luis Ona, historiador y arqueólogo, ha recopilado fotografías de todas las placas antiguas que existen en el municipio: "Hay, por lo menos, tres tipos de rótulos cerámicos distintos de diferentes épocas". Los más antiguos datarían de mediados del siglo XIX (se conservan muy pocos ejemplares) y tienen un único azulejo. Existen también, carteles compuestos por seis azulejos, de los años 50 del siglo pasado, aproximadamente. Fueron fabricados en la alfarería de los herederos de M. Soler que, aunque situada en Zaragoza, "se puede considerar el epígono de la antigua tradición alfarera de Muel, de donde procedía la familia". Un tercer tipo de carteles correspondería a una réplica de estos.

Reunión en Patrimonio

El director general de Patrimonio de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Ignacio Escuín, resolvió hace unos días, tras recibir una solicitud para la protección cultural de los rótulos cerámicos de Villamayor, paralizar cualquier decisión durante un plazo de hasta 2 meses. En este tiempo, el Ejecutivo autonómico estudiará la solicitud "de cara a su posible protección (como bien de interés cultural o conjunto de interés cultural) o la denegación por carecer de los valores culturales propios de esta clase de bienes". Fuentes del Departamento explicaron que es un procedimiento habitual para recabar más información de cara a tomar una decisión final.

El alcalde de Villamayor ha mantenido este viernes por la mañana una reunión en el Departamento para abordar esta cuestión. Según explicó, "los técnicos van a realizar una visita al municipio para conocer las placas in situ". Y valorarán la posibilidad de decretar alguna protección sobre ellas. "El problema no es que las placas lleven el escudo de Zaragoza, aunque entendemos que si se colocaran unas nuevas llevarían el emblema de VIllamayor, sino que existía una desinformación en el callejero, que había que solucionar".

La última palabra, tras conocer la decisión de Patrimonio, la tendrá el pleno del Ayuntamiento, que tendrá que aprobar la modificación, añadió el alcalde. Habrá que presupuestar los costes que conllevaría este proceso, que "no es de un día para otro, sino que implica tiempo". El equipo de gobierno reservó 50.000 euros en los presupuestos de 2019 para llevar a cabo esta modificación.

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