La calle de San Braulio será desde hoy el próximo destino del proyecto de ‘cota cero’ para el Casco Histórico, que pretende elevar decenas de calzadas a la altura de las aceras. Las máquinas comenzarán a picar el adoquinado de esta céntrica y pequeña vía, que une las calles de Alfonso I y Espoz y Mina. Ayer se empezó a acumular el material necesario para una intervención valorada en alrededor de 80.000 euros. Las obras que comienzan hoy se pactaron con los vecinos y con el Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), y facilitará el acceso al centro Joaquín Roncal, un equipamiento que atrae a bastantes vecinos. Además, se completará con el tramo de la calle de Miguel Molino para entroncar también esta elevación de calzada hasta la calle de Alfonso I.

Su inicio coincide con el final el viernes pasado de la intervención en la calle de Espoz y Mina. Se ha arreglado el tramo más cercano a Don Jaime I, que había quedado deteriorado tras el cambio de unas canalizaciones subterráneas. Se trata de las terceras obras de pavimentación en menos de un año en este vial, donde se ha colocado un asfaltado especial que da imagen de adoquinado, un acabado bastante más ‘resultón’ que el de la polémica reforma de la calle de Don Jaime I.

Además de en este vial, el equipo de gobierno municipal ha ejecutado obras de este tipo recientemente en las calles de Espoz y Mina y de Santo Dominguito de Val. El plan, no obstante, es mucho más extenso, y prevé a corto plazo intervenir también en San Blas, Manifestación y Torre Nueva. Junto con otras doce calles del Casco, estos viales forman parte de la primera fase que diseñó Urbanismo para extender la elevación de las calzadas en el corazón de la ciudad. Para los próximos meses la previsión es que se inviertan unos dos millones de euros en este tipo de obras, en las que el hormigón y el asfalto permiten poner a ras el espacio de peatones y vehículos. Sin embargo, muchas actuaciones quedarán en manos del próximo gobierno municipal, ya que se da por hecho que no todas podrán estar terminadas antes de las elecciones municipales del 26 de mayo.

En el caso de San Braulio y otras calles de este tipo –estrechas y con poco tráfico–, no se generan excesivas complicaciones a la circulación de vehículos. No será el caso del remate de la obra de Don Jaime I, que tiene que extender su reciente elevación hasta el puente de Piedra. Para ello deberá cruzar Echegaray y Caballero, lo que implicará unos quince días de cortes de tráfico. El Ayuntamiento acordó con los comerciantes que se dejaba para después de San Valero, con el objetivo de no perjudicar sus intereses durante el periodo de las rebajas de invierno.

Estas obras comenzarán cuando terminen las de la calle de San Braulio, y tendrán una duración estimada de unas dos semanas. Durante este tiempo, la calle de San Vicente de Paúl volverá a recoger el flujo de los autobuses que no podrán cruzar el puente de Piedra. Para más adelante quedará una de las obras más voluminosas de este plan, la de la calle de San Blas, y otras como Pino o San Miguel.