¿En Castejón de las Armas? Felices, naturalmente

El ritmo del pueblo lo marcan los septuagenarios, que han sabido optimizar energías a la hora de aprovechar los tesoros del entorno y organizar el día a día en clave de moderado optimismo.

Angelines, Ana María, Marisol, Claribel y Santiago, en el merendero de la Fuente de los Enamorados
Angelines, Ana María, Marisol, Claribel y Santiago, en el merendero de la Fuente de los Enamorados
Laura Uranga

Sus amigos le animan a hacer de portavoz ocasional de Castejón ante la visita, y Ana María se queja lo justo antes de acatar el encargo. Su vida da para un libro, y en el pueblo lo saben. Casi 20 años en Beirut durante una de las épocas más calientes del sempiterno conflicto bélico en la zona, mil experiencias tiernas y extremas... ahora, asentada en su pueblo, exhibe un indisimulado amor a la tierra que le vio nacer, y acepta con orgullo los piropos de sus vecinos a la hora de señalar el talento que atesora en la recogida de setas. "Es tremenda –dice Claribel Monterde, concejal– llena varios capazos en un rato". "Yo respeto al monte y el monte me respeta a mí –replica la aludida con una sonrisa– y no me puedo quejar, la verdad".

Ana María y Claribel se han reunido en el bar de Castejón tras una de las dos sesiones semanales de gimnasia que brinda la Comarca de Calatayud en el pueblo. El local está junto al puente del río Piedra que divide el pueblo entre Castejón y Castejoncillo; la parte del diminutivo, paradójicamente, tiene más habitantes. En el corrillo también están Marisol Morte y Santiago Gómez, casados y residentes en el pueblo; Santiago es de Cadreita, en la ribera navarra, pero lleva toda una vida en Castejón. Más tarde se suma Angelines Martínez. La anfitriona es Sandra Platón, que vino de Rumanía hace 18 años y es castejonera por aclamación; su marido Traian es el alguacil. "A estas alturas sabe más del pueblo que nosotras –dice Marisol– y su marido es un manitas, hace de todo; ahora está en la poda, pero también es un gran pintor, arregla calderas… siempre dispuesto a ayudar".

Castejón de las Armas: del cerro a la fuente de los enamorados

Claribel preside la Asociación de Amas de Casa Virgen del Cerro. También pertenece a la Asociación Cultural Amigos de Castejón. "Todas estamos en las dos –dice, y el resto corrobora la afirmación– aunque son directivas distintas. Hacemos actividades todo el año, pero especialmente en agosto, como pasa en casi todos los pueblos; desde juegos para niños a ‘aquagym’ en la piscina, cine en la plaza los sábados, una fiesta ibicenca con todos de blanco y flores en el cocote... el primer sábado de agosto hay fiesta de época desde hace doce años; se va a lavar al lavadero, con almuerzo posterior. En diciembre se hace la versión actual de la antigua matanza, que consiste en migas y un poco de brasa con chorizos, longanizas y morcillas".

Ayer y hoy

Además de la Iglesia del Salvador, el gran tesoro patrimonial del Castejón es la ermita de la Virgen del Cerro. El nombre de Castejón viene del antiguo castillo –en ruinas– y una antigua fábrica de armas blancas; las espadas se templaban en las aguas del río Piedra. En épocas más recientes y hasta bien entrado el siglo XX destacó una fábrica de papel de estraza. "Quedan pocos jóvenes: de hecho, nosotras somos las jóvenes –comentan las congregadas en el bar, con una sonrisa que no oculta cierto deje amargo: Santiago asiente, circunspecto– y las perspectivas actuales son las que son. La gente de aquí trabajaba en Ateca, en la frigorífica y la fábrica de Hueso que ahora es Valor, pero tras los recortes se acabó aquello. Varias chicas casadas con mozos de Ateca se quedaron allá. Hay mucha gente en Zaragoza, Madrid y otras capitales". Las fiestas se centran en mayo por San Pascual; los hijos del pueblo acuden en masa. La patrona –la Virgen del Cerro– es el 15 de agosto, y las fiestas se mueven al fin de semana más cercano en ambos casos.

Claribel y Marisol argumentan un poco más; Castejón les duele de puro afecto, como al resto. "La verdad es que nuestro pueblo es muy bonito, y está bien comunicado; estamos a 3 kilómetros de Ateca, a 8 del embalse de la Tranquera, a 18 de Calatayud, a 22 del Monasterio de Piedra, tenemos la autovía y el AVE a un suspiro… siempre ha venido gente en busca de tranquilidad. Hay tres casas rurales: La Calcina, Río Piedra y el Rincón del Agua. Hasta hace nada también se contaba con los apartamentos El Cid, que ahora están a la venta. Aquí se empezaba con la cereza y se terminaba con el melocotón tardío y la uva; había mucho ovino, pero solo queda uno de Carenas, Andrés Nuño, el pastor poeta le llaman; tiene una paridera aquí y reparte el ganado entre los dos pueblos. Queda algo de almendro y poco más. Bueno, una cosa se mantiene: nuestro cariño por Castejón".

Primitivo Martínez, Bernardo Monterde y la bicefalia cultural del municipio
Castejón de las Armas ha dado dos nombres importantes a la cultura aragonesa. Primitivo Martínez, tío de Ana María Yagüe, fue el decano de los directores de centros culturales españoles en el extranjero. Su sobrina recuerda con emoción los 18 años (de 1966 a 1984) que pasó en Beirut como secretaria del Centro Cultural Español, antecesor del formato que hoy se materializa en el Instituto Cervantes. Primitivo había llegado allá en 1954; cuando salió de Oriente Medio, treinta años después, lo hizo en pleno fragor del conflicto bélico. Ana María recuerda que llegó a conocer a Yasser Arafat y a su hermano, y se queda con la generosidad de los libaneses en el día a día. "Se quitaban el pan de la boca para dárnoslo, y siempre mostraron mucho respeto a la labor que hacíamos". Primitivo continuó su labor en Rabat después de salir del Líbano.

Por su parte, Bernardo Monterde (padre de Claribel, actual concejal del municipio) escribió una serie de siete relatos enmarcada en la colección ‘Cuentos del pastor’. Los editó Montena en 1989 y tuvieron un gran impacto; a ello colaboró el entusiasmo mostrado por el ilustrador zaragozano Francisco Meléndez que, tras conocerlos, insistió en dibujarlos uno a uno. Meléndez, ganador en dos ocasiones del Premio Nacional de Ilustración, ha trabajado primorosamente la obra de Mark Twain e ilustró ‘La oveja negra y otras fábulas’, del escritor uruguayo Augusto Monterroso (Alfaguara, 1986); Meléndez escribió e ilustró bajo el seudónimo de Annibal Gobelet la singularísima obra ‘El verdadero inventor del buque submarino’ (Ediciones B, 1989).

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud.

Población: 92.

A Zaragoza: 104 km.

Los imprescindibles

Colmado con Luz y Alma

Mayte Gómez Morte, hija del pueblo de Castejón, es la titular de este negocio de productos naturales y ecológicos a granel, situado en el número 24 de la calle del Carmen de Zaragoza. Calidad, trato exquisito y precios razonables.

La Chichulana

En el pueblo se suele subir en romería a la ermita de la Virgen del Cerro, pero las andadas más recurrentes y exigentes (con almuerzos posteriores) son al monte de la Chichulana, el más grande del municipio.

Un poeta del siglo I

Castejón de las Armas reclama el origen local del poeta satírico Marco Valerio Marcial, oficialmente nacido en el año 40 d. C. en Bílbilis. Su obra está formada por quince libros agrupados bajo el título genérico de ‘Epigramas’.


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