Bandrés y Boné declaran que el consejo de Plaza recibía "amplia" información de todos los asuntos

Los exconsejeros de la DGA aseguran ante el tribunal que votaban con "libertad" y que nunca se sintieron engañados.

Ricardo García Becerril, exgerente de Plaza, durante una de sus comparecencias en el juzgado.
Ricardo García Becerril, exgerente de Plaza, durante una de sus comparecencias en el juzgado.
Aránzazu Navarro

Como hiciera ?el pasado lunes el expresidente del consejo de administración de Plaza, Javier Velasco, dos de sus miembros, Eduardo Bandrés y Alfredo Boné, declararon ayer ante el tribunal que este órgano recibía "amplia" información de todos los asuntos y proyectos que concernían a la plataforma logística. Es más, aseguraron que votaban con "libertad" y que nunca se sintieron engañados ni por el entonces gerente, Ricardo García Becerril, ni por el que fuera consejero delegado Carlos Esco.

En la misma línea se expresaron después tanto José Luis Abad Martínez, exsecretario general del departamento de Obras Públicas de la DGA, como Manuel García-Figueras, abogado de Plaza desde el año 2000 hasta 2013, quienes también comparecieron como testigos en la vista. "Me sentí informado siempre", manifestó el primero, mientras que el letrado, que trabajó en la sociedad pública prácticamente desde que esta echó a andar, afirmó que todos los miembros del consejo tenían "acceso limitado" a la documentación de la gestión.

Una vez más, en los interrogatorios salió a relucir el ya popular correo electrónico "miserias": el ‘email’ en el que García Becerril mantenía que Carlos Esco hizo varios encargos a dedo al empresario Miguel Ángel Floría, entre los que se incluían un vídeo promocional del parque lineal de Plaza por el que se pagaron 48.000 euros y el revestimiento de las fachadas de tres edificios de la plataforma con paneles de alucubond, que costó 344.405 euros.

Uno tras otros, todos los testigos admitieron que visionaron el vídeo durante una de las reuniones del consejo de administración, pero ninguno recordó que se pasara en salas de cines de la capital aragonesa con fines publicitarios. "Era una recreación. Nos gustó mucho porque parecía una dotación muy ventajosa para la ciudad", detalló Eduardo Bandrés.

El máximo responsable del departamento de Economía y Hacienda del Gobierno de Aragón entre 1999 y 2006 aseguró al tribunal que no recordaba los contratos de revestimiento de edificios y que desconocía la presunta connivencia a la que, según la Fiscalía Anticorrupción, llegaron Becerril y el exgerente de la UTE, José María Jordán, para alterar los precios de las parcelas en perjuicio de la plataforma logística. A preguntas del fiscal José Grinda, Bandrés también reconoció que no fue informado de que el exgerente reformó un apartamento que tenía en Salou y cargó después los gastos a la UTE de Plaza. "Ni yo ni el consejo de administración revisábamos todas las facturas", indicó el testigo, quien precisó que, como consejero autonómico, su papel en la plataforma se limitaba a cuestiones financieras y ampliaciones de capital.

"El día a día lo llevaba el gerente de la sociedad", apuntó Alfredo Boné, consejero autonómico de Medio Ambiente entre 2002 y 2011. "Recuerdo que entre Becerril, Esco y el presidente del consejo de administración se informaba ampliamente de todos los temas (relativos a Plaza)", dijo.

Sobre las sucesivas compras y ampliaciones de terrenos en Plaza, algunas de ellas bajo sospecha de la Fiscalía Anticorrupción, dio amplias explicaciones Manuel García-Figueras. El abogado manifestó que la plataforma comenzó a despuntar con la llegada de Inditex, que calificó de "bombazo".

El juicio continúa hoy en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, donde comparecerán como testigos, entre otros, el actual secretario general técnico de la DGA, Julio Tejedor, o el que fuera director de comunicación del Gobierno aragonés con Marcelino Iglesias, Manuel Gracia.

La mala relación de Esco y Becerril era "una lucha de poder"

Como sucedió en jornadas previas con otros comparecientes, los testigos que declararon ayer en el juicio de Plaza fueron interpelados sobre si tenían constancia de la mala relación que mantenían Esco y García Becerril. Y la respuesta de todos fue afirmativa.

De hecho, Eduardo Bandrés dejó caer que los desencuentros entre el exgerente de la plataforma logística y el exconsejero delegado a veces se producían a la vista de todos. El que fuera letrado de la sociedad pública, Manuel García-Figueras, fue el testigo que más se extendió sobre esta cuestión.

El abogado afirmó que "sufrió" la enemistad entre Esco y García Becerril y cree que esta estaba relacionada con una cuestión de "poder". "Al principio Plaza era como una pequeña familia, todo era muy cómodo", contó, pero con el tiempo comenzó a despegar y "se fue tecnificando". Fue entonces cuando Esco fue nombrado consejero delegado, una figura que "limitó mucho al director gerente", según García-Figueras. "Becerril no asumió de muy buen grado que alguien pudiera contrastar sus decisiones o supervisarlas. Ahí se generó una lucha de poder", añadió el letrado, que declaró durante más de una hora.

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