Los bares deberán colocar placas pidiendo a sus clientes que no hagan ruido

También se deberá advertir con carteles si presentan altos niveles sonoros en su interior, e informar de su horario, su autorización de terrazas y el aforo permitido.

Imagen nocturno del Tubo zaragozano.
Imagen nocturno del Tubo zaragozano.
Aránzazu Navarro

La nueva ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica que prepara el Ayuntamiento de Zaragoza obligará a los dueños de los bares a colocar carteles en los que pedirán a sus clientes que (por favor) no hagan ruido. Además, tendrán que informar mediante placas visibles si en el interior del local se puede superar determinado nivel sonoro, así como de los permisos de los que dispone en cuanto a horarios, aforos, colocación de terrazas, tipo de actividad autorizada…

Estas son solo algunas de las medidas que incluye el borrador de la ordenanza que, como ya publicó Heraldo, también permite al Ayuntamiento -en determinadas circunstancias- multar a los dueños de los bares por el ruido que generan sus clientes en el exterior.

El texto normativo, muy novedoso, está actualmente incorporando las aportaciones de vecinos y colectivos, y se terminará de cerrar en las próximas semanas, según fuentes municipales. Posteriormente lo tendrá que aprobar el gobierno de forma definitiva, saldrá a exposición pública y tendrá que ser aprobado por el pleno municipal, por lo que no entrará en vigor hasta dentro de unos meses.

Una de las incorporaciones de este documento con respecto a la ordenanza actual es el mayor control e información que tienen que aportar los dueños de los establecimientos comerciales. En ese sentido, se quiere intentar controlar mejor el ruido que se genera en el exterior de los locales, especialmente de los de hostelería.

Por ello, los bares y restaurantes "susceptibles de generar contaminación acústica en la vía pública" deberán colocar una placa con un diseño que recoge la ordenanza, con frases como "por favor no haga ruido" o "respete el derecho al descanso". Tendrá que tener unas medidas concretas y colocarse en un lugar "que resulte perfectamente visible en todo momento para el público presente en las instalaciones de hostelería y sus zonas de influencia".

Además, todos los locales deberán tener otra placa de información para los clientes que, como mínimo, incluirá el nombre del local, la actividad que tiene autorizada, el aforo permitido, el nivel de presión sonora autorizado para sus equipos de sonido, su horario de funcionamiento y las terrazas autorizadas.

De igual modo, también deberán colocar carteles los locales que superen en su interior determinados niveles de ruido. En concreto, los que sobrepasen los 85 decibelios. En ese caso, tendrán que advertir de que "los niveles sonoros en esta zona pueden producir lesiones permanentes en el oído". Si hay zonas en las que se superen los 110 decibelios, directamente se tiene que prohibir el acceso al público.

La nueva ordenanza del ruido incluye infinidad de medidas que el Ayuntamiento confía en que puedan ser aplicables en la práctica, a diferencia de lo que ocurre actualmente en ocasiones. Incluye nuevas medidas de control para las zonas saturadas, así como un mapa de ruido que está a punto de adjudicarse a una empresa.

Si se superan los niveles permitidos, el Consistorio deberá aprobar y aplicar "planes acústicos específicos" hasta que se respeten. Tendrá que incluir una identificación de las fuentes de ruido y de sus responsables, así como unas medidas correctoras con plazos concretos y estudio económico. También podrá restringir el horario de funcionamiento de los locales y denegar licencias.

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