La bella e irregular Casa de los Morlanes

Este edificio de corte renacentista, declarado Bien de Interés Cultural, es en la actualidad sede de varios servicios municipales, aunque antes fue palacio y una comunidad de vecinos.

La bella e irregular Casa de los Morlanes
La bella e irregular Casa de los Morlanes

En el corazón de Zaragoza, en lo que fue el barrio judío, se ubica un palacio que se considera un “ejemplo excepcional” de la arquitectura renacentista en Aragón. Se trata de la Casa de los Morlanes, un edificio de parcela irregular, cuatro plantas y con fachada a dos vías. Por un lado da a la calle de San Jorge y por otro a la plazuela de San Carlos, frente al seminario del mismo nombre.

El origen de este inmueble es una incógnita, tal y como coinciden varias fuentes. “No está claro que la casa que nos ocupa fuera la residencia de los Morlanes”, se cita en el informe histórico artístico del Ayuntamiento de Zaragoza. Tanto fuentes municipales como Patrimonio del Gobierno de Aragón atribuyen esta construcción a Gil Morlanes, ‘El Joven’. Los Morlanes era un clan de escultores que durante el siglo XVI dejaron buena cuenta de su dominio artístico, al menos en este proyecto. “Pertenecieron a una de las familias de noble linaje con una elevada posición económica del momento”, añade Patrimonio.

Un poderío que manifestaron en la apariencia exterior de la casa. En sus monótonas paredes de ladrillo visto zaboyado destaca la cuidada y ostentosa decoración en relieve de los ventanales, que abundan en la parte superior. Estípites flanquean vanos y los frontones albergan trabajadas representaciones iconográficas. “Los primeros recogen escenas del mundo romano y los segundos de la historia de Israel (...) tales como el Juicio de Salomón, David con el arpa ante Saúl o la reina de Saba interrogando al sabio Salomón”, concreta Patrimonio. Todos ellos responden a una tipología propia de la recta final del Renacimiento, el Manierismo.

Esta característica es uno de los pocos rasgos originarios que se conservan, ya que se demolieron los elementos palaciegos del interior. Según coinciden varios documentos, "existía una escalera con el antepecho ornamentado con medallones labrados” y una capilla. Lo que terminó con lo mencionado fue una reforma que convirtió al edificio en comunidad de vecinos particulares, como señala su ficha histórica. Viviendas en las plantas superiores y comercios en las inferiores. En fotografías antiguas se puede ver la fachada de la Casa de los Morlanes con un cartel que anuncia una fábrica de pianos con entrada por la portada.

Esta nueva vida comenzó entre los siglos XIX y XX. Unas fechas inconcretas. El único dato fidedigno que se contempla es 1555, año que se refleja grabado en uno de los ornamentales ventanales de la planta principal. Posteriormente, el Ayuntamiento de Zaragoza adquirió el edificio y se rehabilitó. En la actualidad es sede de acción social, sala de exposiciones, filmoteca, acoge las oficinas del Cipaj y de voluntariado juvenil.

Documentos municipales lo definen como una muestra de “la evolución del renacimiento en Zaragoza y Aragón”. Además, su valor artístico hizo que en 2002 que se declarase Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento.

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