El Colegio de Administradores de Fincas denuncia varios casos más de personas que viven en trasteros

En la calle de María Moliner, un propietario ha convertido un local en "seis o siete habitaciones" que alquila a personas sin recursos.

Fachada del local en la calle de María Moliner, en San José
Fachada del local en la calle de María Moliner, en San José
Heraldo

El Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Aragón denuncia varios casos más de personas que viven en trasteros en Zaragoza. Su secretario, Ángel Calavia, asegura que en la calle de María Moliner se vive una situación similar a la de Nicolás, el hombre que habita uno en el Centro desde hace dos años.

Aunque prefiere no concretar el número por motivos de seguridad, confirma que el propietario de uno de los locales de esta calle del barrio de San José lo ha transformado en “seis o siete habitaciones” de las que no paran de entrar y salir gente. “El tránsito es constante, es imposible saber cuántas personas viven realmente. Muchos de ellos son inmigrantes ilegales sin recursos”, explica Calavia.

Esta situación, ya denunciada, ha terminado por generar importantes problemas de convivencia. La mayoría están relacionados con las salidas de humos, ya que estas personas “cocinan dentro de la propia habitación”. También, apuntan desde el Colegio que “tienen el agua pinchada a la comunidad”. “Tienen un baño común, aunque desconocemos si disponen de ducha. El sitio, desde luego, no reúne las medidas higiénicas suficientes”, añade. Pese a que los administradores han requerido en repetidas ocasiones información al propietario, este niega que exista tal problema, detectado hace ya seis meses.

En la calle de La Victoria, otro de los casos detectados por el Colegio de Administradores de Fincas, “el constructor de uno de los edificios declaró trastero la parte baja y lo equipó con cocina”. “El tema también está en manos de nuestros abogados, ya que este espacio carece de cédula de habitabilidad”, expone.

Calavia asegura tener constancia de entre “cuatro y cinco” casos parecidos al de Nicolás. “La picaresca existe, sobre todo en esta última década”, admite. En Valdespartera, el Colegio ha detectado un edificio cuyo bajo, de entre 200 y 300 metros cuadrados, se ha convertido en un ‘mini hotel’ con habitaciones de apenas 10 metros cuadrados en el que, de acuerdo con Calavia, “la gente vive hacinada”.

A estos problemas se unen los de aquellas personas sin recursos que no pueden afrontar las cuotas de la comunidad. “En este caso, lo que hacemos es derivarles a servicios sociales del Ayuntamiento. Normalmente, les ayudan a pagar varias mensualidades para que tengan un respiro”, afirma.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión