Se busca relevo al frente de la Posada de Uncastillo

La pareja que la regenta, Inma y Miguel, busca sucesores tras 20 años de dedicación al establecimiento rural.

Inma y Miguel llevan 20 años al frente de la Posada de Uncastillo y ahora buscan relevo para mantener vivo el negocio.
Inma y Miguel llevan 20 años al frente de la Posada de Uncastillo y ahora buscan relevo para mantener vivo el negocio.

Inma y Miguel llevan 20 años al frente de la Posada de Uncastillo, un establecimiento rural ubicado en el corazón del Prepirineo aragonés que les ha dado grandes alegrías y buenos amigos. Todavía no ha llegado el momento de retirarse, pero ambos tienen ya la vista puesta en un futuro próximo y en garantizar la supervivencia de su pequeño proyecto personal. Lejos de echar el cierre, la pareja ha decidido dar continuidad al negocio y buscar sucesores para mantener viva la ilusión que les llevó hace dos décadas a emprender esta aventura.

Todo comenzó en la primavera de 1999, cuando echó a andar la posada en Uncastillo, su localidad natal. Miguel dejó su trabajo como biólogo en una ingeniería e Inma su carrera como trabajadora social. Los dos decidieron dar un cambio a su vida y apostar por un negocio que les apasionaba. “Siempre hemos sido muy hospitalarios, nos gusta mucho recibir amigos en casa, y estuvimos un tiempo dándole vueltas. Además, confiábamos totalmente en las posibilidades turísticas de Uncastillo”, comenta Miguel.

Hubo un episodio concreto que les animó definitivamente a dar el paso. “Hicimos un viaje a La Rioja en el que conocimos a una pareja mayor que había viajado y trabajado por todo el mundo y que por temas económicos y de salud había dejado sus empresas y se había retirado a regentar una casa rural. Nos dijeron que era su etapa más feliz. A nosotros ya nos rondaba la idea, pero eso fue el detonante”, relata.

Desde entonces, han trabajado muy duro para sacar adelante su proyecto, aunque, como ellos mismos reconocen, ha merecido la pena. “Es un trabajo muy sacrificado, sobre todo al principio, pero nos lo hemos tomado siempre con mucha ilusión y lo hemos pasado muy bien. Además, hemos hecho amistades porque hay clientes que después de tanto tiempo se convierten en amigos”, explica Miguel.

Pero después de dos décadas al pie del cañón, la pareja ha decidido empezar a pensar en el momento de retirarse, que llegará tarde o temprano. Sin embargo, no quieren que esta idea en la que han creído tanto tiempo se diluya, por eso, han decidido buscar sucesores a medio plazo para el negocio. “Es algo que va a llegar y queremos adelantarnos. Aunque ahora tenemos todavía 53 y 54 años, sabemos que esto es un proceso y queremos dar pasos para que algo ocurra antes de llegar a los 65”.

El requisito fundamental para quienes tomen el testigo de la posada es que compartan la misma filosofía de negocio que Inma y Miguel. “Lo ideal sería una pareja, y que sean más jóvenes que nosotros. Lo más importante es que les guste el negocio y que entiendan que no es solo un trabajo, es una forma de vida. Yo me lo sigo pasando igual de bien que el primer día y es un trabajo muy gratificante. Tiene que ser gente con ganas”, detalla Miguel.

La ventaja añadida, según la pareja, es que sus sucesores no tendrán que empezar “desde 0”, como hicieron ellos, sino que cogerán un negocio “en marcha, totalmente viable, con mucho menos riesgo y con una cartera de clientes y una reputación digital demostrables”. Eso no significa que no quede “mucho camino por hacer” y que los futuros gestores de la posada tengan que continuar esforzándose para sacarla adelante.

Para facilitar el traspaso, la pareja ha pensado en un proceso gradual, en el que los nuevos gestores puedan comenzar como trabajadores en la posada uno o dos años y, después, “cuando se vean seguros y les salgan los números”, la alquilen con derecho a compra. “Es un ‘plan b’ a la venta pura y dura, que sabemos que no es fácil”, apunta Miguel.

Un entorno de excepción

Uncastillo está considerado “el mejor conjunto románico del siglo XII de España”, tal y como señala la página web del establecimiento rural. Además, se encuentra muy cerca de la localidad de Sos del Rey Católico. “Ambos son dos de los pueblos más bonitos de Aragón, con multitud de iglesias románicas, castillos, murallas, juderías y edificios renacentistas”. Cerca están también algunas de las fortificaciones más emblemáticas de Aragón y Navarra, como Loarre, Olite o Javier, así como los monasterios de Leyre o de Oliva. Sin olvidar el pasado romano, presente en la vecina ciudad de Los Bañales.

En pleno Prepirineo aragonés, la riqueza natural es otro de los privilegios de una zona marcada por el contraste. “En pocos kilómetros, podemos pasar del desértico Parque Natural de Bardenas Reales (en Navarra) al frondoso y montañoso Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo”. Los Mallos de Riglos o el pozo de Pigalo son otros de los enclaves destacados del entorno.

Las actividades deportivas de naturaleza, además de las culturales, son uno de los grandes atractivos de la zona, por ello, Inma y Miguel ponen a disposición de los clientes de la posada su página web ‘Rutas Prepirineo’. En ella, se muestran desde opciones de senderismo sencillas para hacer con niños, hasta excursiones de varios días, así como rutas de cicloturismo y de BTT.

En medio de este privilegiado entorno, la Posada de Uncastillo busca seguir siendo un referente en turismo rural, ese que se aleja del ruido de la ciudad y que llena los pueblos de vida con el reclamo de su historia y su naturaleza. “Aquí no hay colas ni prisa, es un trato muy cercano y personal”, concluye la pareja que ha visto realizado el proyecto de su vida.

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