Los pirómanos estrenan el año en Zaragoza quemando 27 contenedores en apenas dos semanas

Tras casi tres meses de calma, los vándalos han provocado tres incendios de contenedores en distintos barrios de la capital aragonesa, causando daños que superan los 20.000 euros. Hasta ahora, no hay ningún detenido por estos fuegos.

Los últimos incendios se produjeron este domingo de madrugada en los barrios de San José y Las Fuentes.
Los últimos incendios se produjeron este domingo de madrugada en los barrios de San José y Las Fuentes.
José Miguel Marco

La quema intencionada de hasta nueve contenedores de reciclaje y basura en los barrios de San José y Las Fuentes mantuvo ayer en vela a los bomberos de Zaragoza, que en apenas dos semanas han tenido que sofocar varios fuegos de este tipo en diferentes puntos de la capital. Pasada la medianoche se tuvo qu sofocar otro fuego de similares características en la calle Doctor Iranzo, también en Las Fuentes. Durante los últimos meses se había impuesto la calma, ya que no se recuerdan incendios vandálicos desde comienzos de octubre, cuando fueron pasto de las llamas cuatro depósitos y otros tantos vehículos en la zona de La Almozara.

Sin embargo, la quema que se produjo la pasada Nochevieja –cuando ardieron otros diez contenedores en las calles de Nuestra señora de Salz y Mompeón Motos del distrito de Las Delicias–, y las dos registradas esta pasada semana –la madrugada del pasado 9 de enero también prendieron fuego a siete depósitos en los barrios de San Juan de Mozarrifar y San Gregorio– han obligado a activar las alarmas en este inicio de 2019. Máxime, porque el problema ya no afecta a un punto concreto de la ciudad, sino prácticamente a todo el casco urbano.

Como suele ser habitual, detrás de los incendios declarados la madrugada de este pasado domingo parece estar la misma persona (o personas). De hecho, los tres se produjeron en poco más de una hora y en zonas muy próximas. Según explicaron desde la central del 080, el primer aviso se recibió a las 6.10 para alertar de un fuego junto al número 3 de la calle de Federico García Lorca, en el barrio de San José. Aunque allí había ubicado un grupo de cinco contenedores, la rápida intervención de los bomberos hizo que las llamas solo afectaran al de reciclado de papel y cartón.

En cualquier caso, la extinción del fuego se prolongó durante casi media hora. Y justo estaban retirándose del lugar cuando los bomberos recibieron otra llamada advirtiendo de un nuevo incendio a la altura del número 24 de la calle de María de Aragón, en Las Fuentes. Una bomba ligera se trasladó hasta allí para controlar las llamas, pero estas terminaron extendiéndose a cuatro depósitos de reciclaje. Aquí, el fuego afectó también a un árbol y a un contenedor de aceite, que afortunadamente, no terminó de arder.

La ruta vandálica de los pirómanos terminó en la esquina de la misma calle de María de Aragón con Batalla de Lepanto, donde sobre las 7.14 se declaró otro fuego, con idéntico resultado: cuatro contenedores –cada uno de ellos valorado en más de 800 euros– inservibles. Por su proximidad y la hora a la que se produjeron, todo apunta a que estas dos últimas quemas fueron provocadas al mismo tiempo, aunque uno de los grupos de contenedores tardó más en ser pasto de las llamas.

Dos años de prisión

El último condenado por este tipo de incendios vandálicos fue Héctor S. S., de 35 años, al que la Policía Nacional llegó a atribuir hasta una docena de siniestros. A pesar de que los agentes que lo detuvieron estaban convencidos de que había sido el autor de los fuegos que tenían en vilo al barrio, al final la Fiscalía solo encontró pruebas para atribuirle dos y, además, en grado de tentativa.

Así, a finales del pasado año, el pirómano fue condenado a dos años de prisión y al pago de una multa de 1.440 euros, más 800 euros por los perjuicios causados. No obstante, la juez le otorgó el beneficio de la suspensión de la pena a cambio de que no delinca en ese periodo y cumpla 146 días en trabajos en beneficio de la comunidad.

El ministerio público le acusó de un incendio cometido sobre las 16.30 del 24 de diciembre de 2017 en la calle de García Arista; y de otro perpetrado a la 1.45 del 4 de marzo de 2018 en Juan Blas de Ubide. En el primer caso, fue la declaración de un testigo, que vio cómo Héctor S. S. tiraba a un contenedor amarillo una bolsa de plástico con envoltorios de patatas fritas y otros efectos a los que había prendido fuego con un mechero, la que permitió su arresto y posterior condena.

En el segundo, el pirómano fue sorprendido in fraganti por una patrulla del 091 que vigilaba la zona para prevenir precisamente los incendios. Los agentes observaron al sospechoso prender fuego a una bola de papel y tirarla dentro de otro contenedor de reciclado de plástico. El hecho de que ambos actos fueran presenciados por testigos permitió sofocar con rapidez las llamas y evitó daños mayores.

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