Piden más de 20 años de cárcel para una red que usaba un hotel para cerrar la venta de cocaína

Tres de los cinco acusados permanecen en prisión desde que fueron detenidos el pasado mes de abril en Zaragoza.

Uno de los fajos de droga incautados durante las operaciones policiales.
Piden más de 20 años de cárcel para una red que usaba un hotel para cerrar la venta de cocaína
Policía Nacional

La Fiscalía ha solicitado penas que suman 22 años y 9 meses de cárcel para cinco personas (cuatro hombres y una mujer) que fueron detenidos la pasada primavera en Zaragoza por formar, presuntamente, una red criminal dedicada al tráfico de cocaína en la capital aragonesa. Tres de ellos están ingresados en Zuera desde que fueron detenidos en abril de 2018, cuando la Policía Nacional consiguió frustrar la entrega de un kilo de cocaína.

El ministerio público considera probado que el modo de vida del principal acusado de la trama, un vecino de Zaragoza identificado como Gregorio B., era la venta de cocaína y speed en la capital aragonesa, para lo que se servía de la ayuda de José Luis R., otro de los encartados.

La Policía Nacional comenzó a seguir los pasos a ambos en diciembre de 2017. Durante cuatro meses, el trabajo de los agentes del Grupo de Estupefacientes se centró en identificar tanto a los compradores como a los proveedores de drogas de estos dos hombres, entre los que figuraba el dueño de un bar de tapas situado en el entorno de la plaza de Santa Marta.

Las escuchas telefónicas realizadas a este sospechoso, identificado como Adil F. y que también está acusado por estos hechos, permitieron a los investigadores conocer los detalles de una entrega de estupefacientes, en la que medio un cuarto acusado, Youness M. Los presuntos narcotraficantes cerraron la venta de un kilo de cocaína en un hotel de la capital aragonesa, que al parecer era el lugar habitual de las entregas de alijos.

La droga, que en el mercado ilícito hubiera alcanzado un precio superior a los 66.100 euros, la trajo una mujer de nacionalidad belga identificada como Julie D., la única mujer que se sentará en el banquillo de los acusados. Según los investigadores, esta acusada vino expresamente desde su país hasta Zaragoza vía Barcelona para entregar el alijo. La Policía la detuvo en el hall del hotel, pocos minutos después de haber cerrado la venta.

Los tres sospechosos que participaron en la compraventa de la cocaína son los integrantes de la red que permanecen en prisión provisional en la cárcel de Zuera desde abril. La Fiscalía exige para cada uno de ellos una condena de cuatro años y seis meses de cárcel y una multa de 90.000 euros por un delito de tráfico de drogas. Tanto Adil F. como Youness M. podrían ser expulsados de España durante 10 años si son declarados culpables.

Por el mismo delito de tráfico de drogas, aunque con la agravante de reincidencia, el ministerio público solicita para Gregrorio B. una pena de cinco años y seis meses de cárcel y una multa de 5.000 euros. Mientras que para su socio José Luis R. interesa tres años y medio de prisión y otros 5.000 euros de multa.

Los acusados, defendidos entre otros por los abogados Alejandro Sarasa, José Cabrejas y José Luis Melguizo, se sentarán en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza en las próximas semanas, una vez que el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, el magistrado Rafael Lasala, haya dictado el auto de apertura de juicio oral.

Precisamente ayer, la Jefatura Superior de Policía de Aragón informó que el pasado mes de noviembre llevó a cabo otra operación policial, a la que se ha denominado Angustias, que estaba relacionada con las detenciones que se realizaron en Zaragoza la pasada primavera.

Segundo golpe a la red

Los investigadores realizaron registros en Zaragoza, Barcelona y Hospitalet de Llobregat en los que intervinieron más sustancias estupefacientes, útiles para su manipulación y posterior venta, así como dinero en efectivo.

De los seis detenidos, cinco pertenecían al mismo clan familiar, según detalló la Jefatura Superior de Policía. El sexto es un individuo que, presuntamente, sustituyó a la ciudadana belga detenida en abril. Entre sus funciones dentro del grupo criminal, según los investigadores, figuraba ejercer de correo entre la cúpula y los clientes de Zaragoza, haciendo las veces de transportista de la cocaína.

De acuerdo con los investigadores, esa circunstancia da cuenta de "la capacidad de regeneración" de la organización criminal desarticulada. "No tenían problemas en sustituir a cualquiera de sus miembros dado el caso de que estos fueran detenidos", señalaron fuentes oficiales.

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