Los conductores del bus reiteran que habían alertado del peligro del cruce, para el que piden un semáforo

Afirman que fue un accidente y, en contra de lo que apunta el atestado, descartan cualquier responsabilidad de la conductora.

Un autobús de la línea 36, el domingo, en la zona en que se produjo el atropello mortal.
Un autobús de la línea 36, el domingo, en la zona en que se produjo el atropello mortal.
Oliver Duch

Los conductores del servicio de autobús urbano de Zaragoza han reiterado este martes que antes del atropello mortal que le costó la vida a Mireia Rosell y dejó gravemente herido a su pareja Baldo Perálvarez habían advertido al Ayuntamiento de Zaragoza de la peligrosidad de la intersección del puente de Piedra y el paseo de Echegaray y Caballero.

“Hemos presentado decenas de escritos”, ha indicado José Manuel Montañés, presidente del comité de empresa. El último, indica, recientemente, y en ningún caso se han atendido las peticiones de los profesionales. El pasado fin de semana, fuentes municipales negaron que les hubiera llegado alguna aportación en este sentido y valoraron que no es un zona conflictiva, que se trata de una zona de prioridad peatonal con dos semáforos (en la salida el puente de Piedra y, otro, a pocos metros, regulando el paso de peatones cercano al lugar del doble atropello del sábado).

Acta de una reunión del Ayuntamiento de Zaragoza con los trabajadores y la empresa Avanza que atestigua que se habían trasladado al Consistorio las quejas del comité sobre el cruce de Echegaray.

Acta de una reunión del Ayuntamiento de Zaragoza con los trabajadores y la empresa Avanza que atestigua que se habían trasladado al Consistorio las quejas del comité sobre el cruce de Echegaray.

Para los conductores de Avanza, la seguridad vial en esta zona por la que pasan varias líneas de autobús deja mucho que desear. Por ello, han propuesto otras configuraciones en la zona, como la restricción al tráfico de autobuses en el puente de Piedra o la colocación de un semáforo de peatones a ambos lados de la salida junto a los leones de Francisco Rallo.

Debido a que los conductores vienen alertando de la peligrosidad del cruce, Montañés rechaza de plano los primeros datos que han transcendido del atestado del atropello del sábado, que recoge que la conductora pudo tener cierta responsabilidad en el siniestro mortal y que las víctimas cruzaban fuera del paso de peatones, aunque muy cerca de la señalización horizontal. “Fue un accidente y los accidentes son cosas no previstas”, zanja Montañés.

La investigación del accidente del año pasado

Con respecto al accidente con resultado de muerte en el que se vio implicada en agosto de 2017 la conductora del autobús, el presidente del comité de empresa ha explicado que aquel siniestro fue investigado por la Policía Local, el Ayuntamiento de Zaragoza y la propia empresa concesionaria.

Los trabajadores, a través del comité, solicitaron formar parte de este último procedimiento interno, pero apuntan que la empresa no se lo permitió. El propio Montañés explica que la empresa no está obligada a autorizar que se personen, aunque la presencia de los trabajadores en este tipo de investigaciones “es aconsejable”, señala.

Sobre las conclusiones a las que llegaron aquellas pesquisas, el atestado refiere “exceso de velocidad” de la conductora al tomar la rotonda de la plaza de la Ciudadanía, según pudo saber HERALDO, pero Montañés sostiene que no había marcas de frenada en el suelo. “No me explico cómo se pudo determinar ese extremo”, afirma a la par que señala que esta no fue la única circunstancia que recogieron las investigaciones como determinantes en el fatal resultado.

Otro de los elementos objetivos del accidente fue el desplazamiento de la silla de ruedas en la que iba la mujer del hombre fallecido (F. V. G., de 88 años), que acabó golpeando las puertas del vehículo.

El sindicalista destaca que en los autobuses las sillas de ruedas siempre deben ir atadas a la estructura diseñada al efecto en el lugar habilitado para sillas y carritos de bebés. La responsabilidad de amarrar la silla concierne al pasajero que va en ella o a sus acompañantes, según establece la normativa y recuerda el representante de los trabajadores.

José Manuel Montañés afirma que en ese accidente también se estudió por qué se abrieron las hojas de la puerta por la que cayó la víctima (que quedó malherida y murió días después en la uci) tras impactar contra ellas la silla de ruedas que se desplazó. Las puertas, de acuerdo con Montañés, “bajo ningún concepto pueden abrirse” cuando el autobús está en marcha, por lo que parece que algo falló. El presidente del comité no recuerda cuál era la antigüedad del vehículo implicado, pero estima que no era uno de los más viejos de la flota.

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