Tras la última gran lluvia de estrellas del año

Las Gemínidas están consideradas, junto a las Perseidas –las más famosas en Aragón son las Lágrimas de San Lorenzo que pueden disfrutarse a mediados de agosto-, como las mayores lluvias de estrellas de año. Se trata de un fenómeno astronómico que se produce cuando ciertas partículas de polvo que proceden de fragmentos de cometas, o asteroides, colisionan con la atmósfera de nuestro planeta.

Este año, el pico de actividad de la que será la última gran lluvia de estrellas de 2018 tendrá lugar las noches del 13 y el 14 de diciembre, aunque pueden observarse hasta el 17 del mismo mes desde ambos hemisferios. Otra de sus peculiaridades es que se trata de la única lluvia de estrellas que surge de un asteroide en lugar que de un cometa.

Como explica Marzo Varea, presidente de la Agrupación Astronómica Aragonesa (AAA), las lluvias de estrellas se producen cuando el planeta tierra pasa por la órbita de un cometa. “Cuando entran en contacto con la atmósfera estas pequeñas partículas se queman produciendo ese trazo luminoso que dura tan solo unos segundos”, explica Varea. Sin embargo, las Gemínidas tienen un origen diferente, en concreto el asteroide denominado ‘3200 Faetón’, descubierto el 11 de octubre de 1983.

Normalmente, estas estrellas fugaces llevan siempre la misma dirección, algo que tampoco es casual. “Proceden del punto en el que ha entrado en contacto el cometa con la atmósfera, es lo que llamamos radiante. En este caso proceden del radiante ubicado en la constelación de Géminis, por lo que recibirían el nombre de Gemínidas”, asegura el experto.

En cuanto a la cantidad de meteoros que podrán verse este año, Varea asegura que es “impredecible”, debido a que depende de varios factores. “Medimos la intensidad según el número de meteoros que se observan en una hora, suelen ser entre 150 y 200. Cuando hay una gran cantidad se denomina tormenta de meteoros”, continúa. Por eso, esta lluvia de estrellas, junto a la de las Perseidas (agosto) y las Cuadrántidas (enero), son las más importantes en cuanto a cantidad de meteoros por hora.

El sábado 8 de diciembre, un grupo de aficionados de la asociación viajó hasta el Santuario de Leciñena para llevar a cabo una observación. “Aconsejamos tener paciencia y sobre todo abrigarse, que es lo peor que tienen las Gemínidas, las fechas”, bromea el presidente de la Agrupación Astronómica, formada en la actualidad por más de 40 personas, en su mayoría de la capital aragonesa.

“El instrumento más adecuado para disfrutar de una lluvia de estrellas son nuestros ojos, hay que mantener fija la mirada al cielo, preferiblemente usar una hamaca dirigida hacia el radiante y alejarse todo lo posible de las fuentes de contaminación lumínica”, asegura Varea, que advierte que estrellas fugaces pueden verse durante todo el año.

Mirando al cielo

“A lo largo del año hay unas 100 lluvias de estrellas, lo que hace a esta diferente es que no la produce un cometa sino un asteroide. En este caso, el asteroide Faetón”, explica Carlos Garcés, miembro de la Agrupación Astronómica de Huesca e historiador. En su caso, desde la agrupación realizan una observación pública al año, durante las Lágrimas de San Lorenzo, durante el mes de agosto, y otra, que tendrá lugar el próximo 21 de diciembre, “con motivo de la puesta de Sol en el solsticio de invierno que haremos desde la plaza de Navarra de Huesca”, añade.

Pero no son los únicos que se deciden a salir a observar estos fenómenos astronómicos, ya que, desde hace años, un equipo de aficionados de Zaragoza, entre los que se encuentra Santiago Hernández, se organiza para visionar todo tipo de objetos celestes. “En 1998 fui uno de los pocos aragoneses que logró ver la tormenta de Leónidas que tuvo lugar entonces, y el único que la fotografió”, recuerda.

Precisamente el pasado miércoles, día 5, acudieron a la llamada de la International Meteors Organization (IMO), una red mundial de observadores aficionados que se dedica a colaborar con los astrónomos profesionales con la recogida de datos, que solicitó hace unos meses la colaboración de aficionados de todo el mundo para tratar de visionar una espectacular lluvia de meteoros durante algunos días. “La verdad es que hubo bastante actividad y vimos dos bólidos -meteoros muy brillantes- de Gemínidas. Por lo demás salimos casi todo el año cuando nos lo permiten nuestras obligaciones”, explica Hernández.