El helado 'enrollado' llega a Zaragoza

Más conocidos en el mundo web como ‘Itim Pad’ o ‘Ice Roll’, se trata de un helado preparado en riguroso directo delante del cliente sobre una plancha fría. Esta nueva forma de tomar un helado nació en Tailandia hace años, pero no ha tardado en convertirse en la última moda en todo el mundo y triunfa en redes sociales como Instagram. Precisamente esta semana, la cadena mallorquina Ice Wave inauguraba en Zaragoza, en concreto en la calle Don Jaime de la capital aragonesa, su primer establecimiento.

Con un sugerente mostrador abierto a la calle, numerosos viandantes y curiosos se detenían para disfrutar de lo que la propia cadena denomina "el show del helado". “La empresa nace en 2015 en Mallorca, cuando Tomeu Riutord, su fundador, trae este nuevo concepto tras una estancia en Tailandia donde es una técnica muy popular”, explica Joan Company, Account Manager de la cadena de heladerías que ya cuenta con 24 establecimientos en España (23) y Eslovenia (1).

Se trata, en sus propias palabras, de un helado “hecho a medida y muy sano, ya que su base es 0% materia grasa”, indica. En la vitrina, el cliente puede elegir desde la opción más saludable, entre varias frutas variadas como piña, plátano o fresa, hasta otros productos más golosos como Nutella, Kinder Bueno o Ferrero Rocher. Una vez elegidos los ingredientes, se vierten en una plancha de acero a -20ºC y se trabajan con una espátula hasta lograr su formato final.

“Sin duda, lo que más llama la atención es su proceso de preparación. A la gente le gusta ver cómo lo hacen en directo”, añade. Un formato que resulta muy habitual en cualquier puesto ambulante de Tailandia. Precisamente por eso, uno de los primeros retos para la cadena fue occidentalizar este proceso: “Contamos con una placa diseñada y patentada por nosotros”.

Fue hace un año, en la feria de Expo Franquicia, donde Carlos Elvira, vecino de Barbastro, conoció este concepto. “Lo primero que pensé fue, esto tiene que ir a Aragón”, reconoce. Y su llegada no podía haber sido más exitosa. “Estos primeros días han sido un no parar, la gente se anima a ver a qué sabe y a probar distintas combinaciones”, explica. En cuanto al producto, el helado puede elegirse en tres tamaños, siempre en tarrina, y su precio oscila entre los 3,50 y los 5,50 euros.

“Somos una heladería que ofrece su servicio los 365 días del año, en ninguna ciudad se cierra ningún día”, advierte Elvira. En cuanto a su oferta, vendrá completada por crepes japoneses –dulces enrollados que se comen en forma de cucurucho o cono- y 'smoothies' de varios sabores.

Sin embargo, no es el único lugar de la ciudad que ofrece este helado enrollado, ya que hace seis meses abrió en la calle Prudencio, una bocacalle de la calle Alfonso, la heladería A tu rollo, de la mano de Amin Rivas. “Hace un año, cuando llegamos de Venezuela, decidimos emprender con un negocio enmarcado en el sector de la repostería. Conocimos esta técnica en internet y tras varios meses de investigación nos lanzamos a la piscina”, explica.

Tras varios meses, Rivas lo tiene claro: “La gente joven es la que más se anima a probar este nuevo producto, aunque cada vez hay más personas mayores que se arriesgan”. Además, debido a su localización, una buena parte de sus clientes son turistas. “También contamos con un público muy fiel entre los estudiantes Erasmus”, admite.

En su caso, cada helado tiene un precio único de 4,50 euros. “Como bien dice nuestro nombre, queremos que la gente elija lo que quiera y combine lo que le apetezca sin limitarse por el precio. La mayoría de la gente elige un par de sabores y somos bastante tradicionales, aunque siempre te sorprenden”, reconoce.

En tres minutos

En cuanto al periodo de preparación de uno de estos helados, entre la selección de los sabores hasta la presentación final, pueden transcurrir en torno a tres minutos. En el caso de A tu rollo, entre los sabores que ofrece, los más curiosos son los de Baileys, dulce de leche, mantequilla de cacahuete o tarta de queso. “Las posibilidades son infinitas, y puede ser desde un helado muy saludable hasta algo más goloso”, afirma Rivas.

En su caso, la oferta viene completada por otro original dulce, en este caso de origen japonés: el taiyaki. “Es como un gofre, pero en forma de pez. En el interior de su boca va el relleno, también adaptado al gusto de cada cliente”, describe.

Una de sus habituales es María Pilar Vicario, zaragozana de 18 años. “Lo probamos por primera vez en verano y la verdad es que nos encantó. Lo mejor es que no hay límite para mezclar varias cosas y el formato es muy curioso”, opina la joven. “Además, en las fotos queda muy bien”, reconoce.