Una jornada de cortejo, pinzas y algunas zancadillas

El juego de tácticas preelectorales dominó la segunda sesión del debate sobre de la ciudad, donde los partidos abrieron el abanico de alianzas para perjudicar al adversario.

Debate sobre el estado de la ciudad en el Ayuntamiento de Zaragoza
Debate sobre el estado de la ciudad en el Ayuntamiento de Zaragoza
José Miguel Marco

Cuando un político está con los asuntos preelectorales, es que no piensa en otra cosa. Y no lo sacas de ahí. Eso de dibujar la ciudad del futuro y cincelarla con acuerdos políticos es tarea demasiado ardua cuando lo que está en juego es el ser o no ser de la política, el que fija la supervivencia en un escaño más o menos. La alcaldía está en un pañuelo y no está la situación para perder oportunidades.

El PP se puso en modo cortejo en el segundo día del debate de la ciudad. Ya el jueves, el portavoz popular, Jorge Azcón, llamó a Cs a suscribir una alianza en el caso de que los números den en mayo para que el centroderecha gobierne Zaragoza. Sara Fernández le dio largas, pero Azcón lo intentó de nuevo: "Si Cs es la fuerza más votada, nosotros le apoyaremos. Lo que ahora quiero es que conteste a mi pregunta: ¿Si el PP es la fuerza más votada apoyará al PP o a otras opciones?".

El objetivo era evidenciar ante el electorado conservador que los naranjas no descartan pactar con el PSOE. Sara Fernández se escurrió de nuevo: "Nos sentaremos a hablar de programas y no de sillones. Su objetivo para 2019 es que deje de gobernar la izquierda. El objetivo de la bancada de enfrente es que usted no llegue a gobernar. El nuestro, mejorar la vida de los ciudadanos", dijo. Evidenciada la ambigüedad, el PP se lanzó a la gresca de las redes con Cs y ahí se ventilaron las cosas en el centroderecha.

Pero los piques al calor de las votaciones de las propuestas se movían en todas las direcciones. PP-PSOE-Cs, ZEC-PP, ZEC, PSOE-CHA, ZEC-Cs-CHA... El menú se amplió esta vez. Por eso, ZEC apoyaba al PP para solicitar a la DGA una bilateral y después los populares apoyaban al gobierno para acudir a los tribunales a reclamar la propiedad de los juzgados al Ejecutivo.

Todo para poner en evidencia a su adversario común, el PSOE, que gritaba "pinza, pinza...". "No le llamaré pinza, pero ya verá cómo le llamo. Suena a miedo por el futuro que les espera a los dos grupos políticos y el que le espera al PSOE", dijo el socialista Carlos Pérez Anadón. Ya puestos, populares y socialistas se votaron en contra varias propuestas para marcar distancias.

En estas Carmelo Asensio, de CHA, clamaba y decía que la corporación no ha expirado, que quedan seis meses para hacer cosas. Y desgranaba propuestas de esas de programa electoral, de las que necesitan un año, dos o tres. Entonces, todo volvía a su ser.

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