El Rey del Cachopo tiene familia en Zaragoza y llegó poco antes de las fiestas del Pilar

Su abuelo, que le crió junto a su hermana, nació en la capital aragonesa y emigró a Madrid, donde trabajó en la hostelería.

Javier Notivoli, el abogado defensor de César Román, ante la Jefatura de Policía de Zaragoza, el pasado 17 de noviembre
El Rey del Cachopo tiene familia en Zaragoza y llegó poco antes de las fiestas del Pilar
Oliver Duch

César Román, el conocido como el Rey del Cachopo y presunto autor del crimen de su novia Heidi Paz, llegó a Zaragoza "poco antes de las fiestas del Pilar", según fuentes policiales, porque "tenía claro que en esta ciudad podía encontrar trabajo en la hostelería", que es a lo que se dedicaba en Madrid. Así se lo contó a su abogado zaragozano Javier Notivoli en las conversaciones que han mantenido desde su detención, el pasado día 16 en el bar Gerardo en el barrio de Delicias, donde trabajaba como cocinero.

Los agentes del Grupo VI de Homicidios de la Policía Judicial que llegaron desde Madrid a Zaragoza cuando se practicó el arresto, han investigado si el Rey del Cachopo, de 46 años, tenía algún colaborador o apoyo en la capital aragonesa, pero no han hallado ninguna pista.

Gema Román, hermana del detenido, ha explicado a HERALDO que el abuelo que les crió desde que eran niños, cuando fueron abandonados por sus padres, nació en Zaragoza y emigró a Madrid con 18 años, donde se dedicó a la hostelería, como más tarde hizo su nieto. "Yo no he estado nunca en Zaragoza, pero a mi hermano le gusta mucho viajar por ciudades", agregó la hermana desde Holanda, donde reside.

La salida de Madrid, donde llegó a tener cinco restaurantes en el barrio de Vallecas y la calle de Embajadores, pudo producirse el 13 de agosto, cuando dejó de tener comunicación con su familia y amigos. Ese mismo día se halló en una nave que tenía alquilada en el distrito de Usera el torso de una mujer, que no se identificó sin lugar a dudas como Heidi Paz hasta dos meses después.

"César me comentó que Zaragoza es una ciudad donde le iba a ser fácil encontrar trabajo en la hostelería porque es cocinero, con mucha experiencia, y tenía que ganarse la vida", reconoció su abogado. "Se planteó también buscar empleo en el Pirineo", añadió.

El hecho de que su abuelo naciera en Zaragoza no implicó que buscara en al capital aragonesa a sus familiares. De hecho, los dueños del restaurante donde lo contrataron el 10 de octubre señalaron que era bastante solitario.

Román residía en un piso con una familia dominicana (una madre y un hijo) en la calle Portugal 18-20. Alquiló una habitación por la que pagaba 250 euros. Los inquilinos del edificio se cruzaban con él, cuando llegaba con bolsas, a horas extremas. "Siempre llevaba la gorra puesta. Era muy madrugador, se iba a las 6.00 y volvía muy tarde", cuenta Juan, un vecino.

Cuando se hizo efectiva la orden de registro de su habitación el día de su detención por la tarde, la Policía intervino cuatro móviles (uno blanco Hisense, dos negros Thomson y otro gris Wolder), tres tarjetas prepago con un saldo de 10 euros, documentación recogida de la mesilla y de una mesa, y un carné de biblioteca del Ayuntamiento de Zaragoza a nombre de un ciudadano de origen latino llamado Edgar Ledesma.

Más clientes en el bar

La semana transcurrida desde la detención de César Román se ha notado en el bar Gerardo, de la calle Italia, porque sus clientes habituales cuentan que acude más gente por curiosidad. Raquel Contreras, la dueña del negocio, avisó a la Policía tras reconocerlo en la televisión. No tardó demasiado en hacerlo, aunque el Román que ella conocía llevaba el pelo al 3, había perdido peso y tenía barba.

"Raquel lo pasó mal durante media hora, hasta que llegó la Policía y entró en la cocina", cuenta una clienta amiga. El Rey del Cachopo dejó de ser Txiki o Rafael Rujano Contreras, una identidad falsa de un venezolano, y volvió a ser César Román. "Sí, soy el que están buscando", asumió.

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