Un único disparo y un posible forcejeo hacen pensar que el crimen de Movera pudo ser un secuestro fallido

La Policía sigue barajando el ajuste de cuentas por drogas como móvil más probable del asesinato, pero investiga si la fallecida o su pareja habían recibido algún ingreso extra que justificara el rapto.

La Policía en el lugar del suceso
El tiroteo mortal se produjo el miércoles, 21 de noviembre, en el barrio rural de Movera de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El paradero de los pistoleros que acabaron el pasado miércoles con la vida de la joven María Marian, de 28 años, en el barrio de Movera de Zaragoza sigue siendo una incógnita para la Policía Nacional. Sin embargo, a medida que avanzan las pesquisas del crimen, las pruebas parecen apuntar más a un fallido intento de secuestro que a un asesinato planificado. Los investigadores no descartan todavía ninguna hipótesis, incluso que el móvil sea económico, ya que hay elementos que no terminan de encajar con la forma de llevar a cabo un homicidio. Por ejemplo, el hecho de que solo se efectuara un disparo, que fuera en el costado de la víctima y a una escasa distancia.

Como ya informó HERALDO, una vecina creyó escuchar dos detonaciones de arma de fuego, pero la autopsia practicada al cadáver de María Marian sirvió para constatar que únicamente presentaba una herida de bala. El tiro le entró a la joven por un costado y le salió por el otro, con tan mala suerte que en su trayectoria alcanzó varios órganos vitales y resultó mortal de necesidad. Pero, ¿por qué les asesinos no hicieron más disparos o apuntaron a zonas más sensibles si lo que pretendían era matar a la vecina de Movera? Estas son preguntas a las que ahora trata de responder la Policía en su intento por explicar lo ocurrido.

La necropsia ha servido además a los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía para saber que los criminales estuvieron muy cerca de la joven. Y aunque se ha descartado que el tiro fuera a quemarropa, quien apretó el gatillo lo hizo a muy corta distancia de la víctima. Esta proximidad y algunas evidencias halladas en el cuerpo de la fallecida alimentarían la hipótesis de que pudo producirse un forcejeo. Y de nuevo se plantea aquí un interrogante al que habrá que dar respuesta: ¿qué necesidad tenían los fugados de establecer un contacto tan estrecho con la víctima si lo que pretendían era acabar con su vida? De ahí que sobrevuele como posibilidad real el intento de secuestro.

Además de con estas evidencias, los investigadores cuentan con el testimonio de los testigos del crimen. Como más importante se antoja el de la hermana de María Marian, quien había estado con ella de compras y la acompañaba en el coche. De hecho, cuando el vehículo se detuvo en la rampa del garaje de la vivienda (en el número 26 de la urbanización Torre Urzaiz), la primera en salir fue la hermana.Esta se dirigió hacia la casa, mientras que la ahora fallecida se entretuvo en sacar las bolsas del maletero.

Las estuvieron siguiendo por Puerto Venecia

Pese a que en un principio se barajó que los asesinos hubieran estado escondidos esperando la llegada de la joven a Movera, los investigadores no descartan ahora que los pistoleros o algún cómplice estuvieran siguiendo su coche a lo largo de la tarde. La Policía ha sabido que en las horas previas al crimen, las hermanas estuvieron con una amiga en el centro comercial Puerto Venecia de Zaragoza, de ahí que los inspectores estén ahora reconstruyendo sus movimientos para ver si alguna cámara pudo grabar a los criminales cuando las acechaban.

Sigue sobre la mesa como hipótesis más verosímil que el asesinato tuviera su origen en un ajuste de cuentas vinculado al tráfico de drogas. Pero la Policía investiga ahora si la pareja había tenido algún ingreso extra que justificara el intento de secuestro.

Lo que es un hecho cierto es que el compañero sentimental de la víctima, José N. T. (70 años), cumple condena en Zuera por un alijo de 87 kilos de marihuana hallado, precisamente, en la finca de Movera donde se produjo el crimen. La Guardia Civil arrestó también por estos hechos a la joven, pero luego fue absuelta.

En cuanto al número de personas implicadas en el homicidio, se ha hablado siempre de dos hombres a los que los testigos vieron a pie y encapuchados. Pero parece que un tercero pudo espera a la pareja en un coche para huir.

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