"Algunos aún creen que la literatura escrita por hombres es universal y la de mujeres, un subgénero"

La escritora y reciente Premio Nacional de Narrativa Almudena Grandes participa en las I Jornadas Feministas, en Zaragoza.

Almudena Grandes, en Zaragoza
Almudena Grandes, en Zaragoza
Oliver Duch

La escritora madrileña Almudena Grandes, recientemente galardonada con el Premio Nacional de Narrativa por su obra 'Los pacientes del doctor García', participa en Zaragoza en las I Jornadas Feministas, organizadas por la revista Contexto y el Ayuntamiento de Zaragoza.

-Enhorabuena por su premio, 'Los pacientes del Dr. Garcia' es un gran libro; disfruté y sufrí a partes iguales con su lectura, lo que es fantástico. Mi pregunta es: ¿es consciente de que para muchos lectores más jóvenes sus libros serán su referencia histórica de lo que ocurrió en aquellos años en este país? Un abrazo. (Carmen Bamala)

-Es una idea que me produce mucha responsabilidad e incluso un poco de miedo. Me gustaría pensar que el desconocimiento de la historia de España en la escuela y en las enseñanzas medias tiene los días contados. Y que en un futuro no hará falta que las novelas sigan rellenando esta laguna. Si mi trabajo y el de otros escritores sirve para eso estaré muy contenta y pensaré que ha merecido la pena.

-Participa en una mesa redonda en Zaragoza que se llama 'Macho media: rompiendo el techo de cristal'. ¿Te has topado con ese techo de cristal en tu vida profesional? (María).

-Yo soy columnisra pero nunca he formado parte de una redacción. Ni tengo un contacto directo con los dueños de los medios de comunicación. Sin embargo, desde la experiencia literaria, sí identifico un techo de cristal blindado que tiene que ver con uno de los pilares de nuestra cultura. Escribir es mirar el mundo y contar lo que uno ve. Se supone que la mirada de los hombres es universal por defecto. Se supone que cualquier relato de un hombre emociona por igual a hombres y mujeres. Y sin embargo  los mundos creados por escritoras se suponen reservados exclusivamente a mujeres. Como si aún no se asumiera que una mirada femenina sobre el mundo pudiera ser universal. Ese es el techo más duro de romper.

-Hizo huelga el pasado 8 de marzo. ¿Por qué? ¿Cree que las reivindicaciones feministas se están cumpliendo o apenas se ha avanzado? (Paula).

-Hice huelga el 8M porque creo que era una huelga importante. Teníamos que haber empezado a promoverla muchos años antes. El impacto del 8M sobre la sociedad española fue considerable. Pero a mí me hubiera gustado que las convocantes de ese movimiento se hubieran planteado una rentabilidad política. El 8M demostró que hay una masa social enfurecida de mujeres que han cambiado el concepto de la sociedad, pero los partidos políticos no se sintieron obligados a asumir esas enseñanzas. Falta concretar ese movimiento en la vida política.

-Me gusta mucho escucharle y le sigo desde hace años. Siempre se suele mojar en sus artículos o comentarios en la radio sobre temas de actualidad. ¿Qué opina de que el Tribunal Supremo dé la razón a los bancos en el impuesto de las hipotecas? (Armando).

-Creo que la actuación del Tribunal Supremo ha sido lamentable, no solo porque se haya puesto de parte de los bancos, porque haya concedido a la presión de los bancos una importancia que los jueces no han concedido a la ciudadanía, sino sobre todo porque creo que los españoles no tenemos motivos para no dudar de la independencia de la justicia. Eso es un problema institucional muy grave. La culpa no es de los ciudadanos que desconfían, es de los jueces que no se han ganado la credibilidad. Como feminista me fastidia mucho que cuando una sentencia provoca la indignación de los ciudadanos, como sucedió con el caso de La Manada, nos llamen terroristas, y cuando perjudica a los bancos, los jueces se ponen al servicio de estos.

-Pronto volverá a Zaragoza para recibir un premio de la Fundación José Antonio Labordeta. ¿Hacen falta más personas comprometidas como él, que digan las cosas claras, en el mundo de la política y la cultura? (L. Rupérez)

-Me ha hecho mucha ilusión el premio. Conocí a José Antonio Labordeta y me ha parecido siempre una persona admirable. Es un honor recibir un premio que lleva su nombre. Pienso que hacen falta muchos españoles como él, en este momento y siempre. Le seguimos echando de menos en los días que vivimos.

-¿Qué queda de la escritora que firmó ‘Las edades de Lulú’? ¿Cuánto le costó quitarse el sambenito de escritora erótica? (Miss L).

-En enero 'Las edades de Lulú' cumplirá 30 años, que son muchos años. Los que distan entre la juventud y la madurez. En estos años yo he ganado mucho control sobre mi oficio y sabiduría, y he perdido la juventud, que es un capital extraordinario. La juventud es audacia, arrojo, inconsciencia. Pero sigo siendo la misma persona.

-¿Qué está escribiendo ahora? ¿Y qué está leyendo? Recomiende libros o autores que más le gusten. (Miguel).

-Estoy escribiendo la quinta entrega de los 'Episodios de una guerra interminable', que se titulará 'La madre de Frankenstein', y en la que quiero contar la década de los años 50 desde el interior del manicomio de mujeres de Cien Pozuelos.

Estoy leyendo 'Ellos', las memorias de Francine du Plessix Gray, una escritora norteamericana de origen francorruso, que cuenta cómo su familia se exilió después de la Revolución Rusa y después de la Segunda Guerra Mundial llegó a EEUU.

Recomiendo varios libros, siempre que puedo, literatura española, como el último de Marcos Giralt, 'Mudar de piel', lo leí este verano y me encantó. Y una novela de Ginés Sánchez, 'Mujeres en la oscuridad', brutal. Y más libros de mujeres: 'La hija del comunista', de Aroa Moreno Durán, la novela que más me gustó el año pasado. Y sin leerla, me atrevería a recomendar la última de Cristina Morales, que ha ganado el Anagrama. Su novela 'Terroristas modernos' me gustó mucho.

-¿Cree que hay una literatura de mujeres? ¿Las mujeres escriben distinto o tienen una manera distinta de narrar que los hombres? ¿Os fijáis en más los detalles? (María Pilar).

-Creo que hay una literatura de mujeres en la misma medida que hay una literatura de hombres. Escribir es mirar el mundo y cada uno lo mira según sus ojos. La identidad de género es fundamental en la mirada de una persona. Pero no me gusta hablar de literatura escrita por mujeres como no hablamos de literatura escrita por hombres. Eso consolida la idea de que los hombres escriben gran literatura y lo que escribimos las mujeres es un subgénero. No estoy de acuerdo con eso.

No creo que escribamos distinto. Hay tantas maneras distintas de mirar entre hombres y mujerrs que no creo que se pueda asignar a un género concreto. Me identifico con algunos libros escritos por hombres y con otros de mujeres en absoluto.

-Sus últimos libros hablan de la Guerra Civil y la postguerra. ¿No cree que se ha escrito ya mucho sobre estos temas? Un saludo, (Mónica).

-No. Creo que no. Sobre la Guerra Civil se ha escrito mucho, es uno de los grandes momentos de la historia de la humanidad y no se terminará jamás. Sobre la postguerra se ha escrito muy poco, es la gran desconocida frente a la guerra. Por eso estoy escribiendo una serie de seis novelas basadas en hechos reales de la postguerra que no se habían contado.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión