Siempre ha sido una persona muy involucrada por su pueblo, primero desde la asociación Amigos de la Villa de Calcena y ahora como alcalde.

En Calcena siempre ha funcionado lo de ‘avecinar’: se han hormigonado calles y se han hecho otros proyectos entre los vecinos. Se creó la asociación con el objetivo de mantener los lazos con aquellos que no estando de continuo en Calcena tenían la oportunidad de dar o tener información.

¿Cómo recuerda la decisión de dar el salto a la política local?

Fue una invitación del anterior alcalde Félix Marco y decidimos presentarnos como independientes. Hasta 2011, Calcena era concejo abierto y ahora el Ayuntamiento tiene tres concejales.

Luego se presentó por el PSOE.

El compañero con el que compartía candidatura, Javier Pasamar, era del PSOE. Yo venía de UGT y decidimos por convicción el pasar a las filas socialistas, porque me identifico más con su ideología.

¿Qué ha supuesto la Calcenada para un pueblo de 70 habitantes?

Después de todos estos años se puede decir que lo primero que se consiguió fue poner a Calcena en el mapa. El nombre de la Cara Oculta del Moncayo surgió en Calcena, era la gran desconocida. Su entorno y su patrimonio paisajístico hacen que Calcena que sea un destino ideal para los amantes de los deportes de aventura. Escalada, senderismo, ciclismo, espeleología… Somos unos privilegiados. El patrimonio paisajístico es espectacular y además variado según la estación del año... Tenemos escalada, rutas de BTT y espeleología con ocho cuevas en las que anidan murciélagos de herradura.

Una de sus prioridades ha sido rehabilitar edificios municipales en desuso para crear alojamientos turísticos, como el antiguo consultorio y ahora la casa del médico.

Acondicionar estos inmuebles venía de una necesidad para cubrir la demanda de vivienda en alquiler. Las familias son muy largas, con abuelos, hijos y nietos, y en algunos casos ya no cabían. Por eso se están alquilando de forma anual, pero estamos abiertos a cualquier petición.

Hicieron también cambios en el espacio que se utilizaba para el Ayuntamiento.

Teníamos una oficina para el Ayuntamiento de escasos 20 metros cuadrados, y en la planta de abajo un local que se empleaba como despacho del pan. La zona del Consistorio se destinó a cocina para el teleclub. Y en el cuarto del pan montamos dos despachos para el Ayuntamiento, un salón de plenos, una consulta médica, despacho farmacéutico -que comparte con la trabajadora social-, sala de espera y un baño. El local del pan ahora se comparte con la comisión de fiestas y con la asociación cultural.

Este verano reabrió las puertas el albergue municipal. ¿Cómo está funcionando?

El tema de la gestión del albergue es muy complicado y al parecer muy difícil de entender para algunas personas. El albergue volvió a abrir en junio con un nuevo gestor y varios meses de obras de acondicionamiento. Las instalaciones cuentan con 58 camas y servicio de restauración.

Están a 100 kilómetros de Zaragoza. ¿Cómo son las comunicaciones?

Sí, 61 por autovía y 39 de carretera para todos los gustos, sobre todo los últimos 10 kilómetros, que son como una cuerda en el bolsillo de un crío. Pero es bueno, hay afluencia de ciclistas, motoristas, caravanas con escaladores y personas a las que les gusta conducir sin prisa y disfrutar del paisaje.

¿Y cómo funciona internet?

De pena, siempre falla en el mismo momento.

¿Qué proyectos tiene en mente para la localidad?

Hay necesidad de limpiar muchos solares de casas que se han hundido o incluso están a punto. Hacer accesos a sitios concretos, señalización de muchas zonas de interés. La plaza necesita una remodelación total. Y sería interesante que la confederación nos aconsejara qué hacer en el balsón para no tener que pasar horas y horas esperando que se rieguen los pequeños huertos.

¿Repetirá los próximos comicios?

Quedan demasiados días para decir si nos presentamos o no, es algo que valoraré más adelante.