El frío llena el Refugio y el albergue activará el protocolo de emergencias en dos semanas

El Ayuntamiento adelantará las medidas especiales si las temperaturas bajan a los 5 grados bajo cero. Unas 130 personas pasan la noche a la intemperie en Zaragoza.

Luis, uno de los beneficiarios del Refugio, junto al gerente Ernesto Millán.
Luis, uno de los beneficiarios del Refugio, junto al gerente Ernesto Millán.
R. Labodía

El Ayuntamiento de Zaragoza y las organizaciones que trabajan con las personas que duermen en la calle activan ya sus recursos para atender una mayor demanda si los termómetros siguen descendiendo. De momento, la ola de frío se deja ya notar en el Refugio, que tiene sus 66 plazas llenas y que ha visto cómo la afluencia de usuarios que acuden a desayunar se ha disparado un 30% en estos primeros días de frío. Mientras, las bajas temperaturas apenas se han dejado sentir hasta ahora en el albergue municipal, que mantiene un alto nivel de ocupación desde mediados de agosto.

De ir a más el ambiente gélido, el consistorio de la capital aragonesa adelantará la puesta en marcha del protocolo de emergencia, prevista para mediados de noviembre como se ha venido haciendo en los últimos años. El Consistorio ha anunciado que se anticipará en caso de que desciendan las temperaturas a cinco grados o si la sensación térmica al raso fuera muy baja debido al viento o la niebla con vistas a garantizar que nadie pernocte a la intemperie por falta de sitio.

Fuentes municipales recuerdan que el mayor número de usos se suele registrar entre diciembre y marzo. Apuntan que el hecho de que en estos primeros días de frío intenso no haya aumentado la demanda puede deberse a una menor movilidad de personas sin hogar o a que los temporeros todavía están trabajando en la campaña de la fruta en otras partes de España.

"Tenemos todas las plazas ya ocupadas y el pasado fin de semana, cuando se anunció la llegada de esta ola de frío, ya preparamos las camas plegables y la ropa necesaria para poder acoger a toda la gente que pudiera venir. Siempre hay hueco para quien lo necesite", explica el gerente del Refugio, Ernesto Millán.

Hasta en la capilla si hace falta

En un momento de gran necesidad pueden llegar a ocupar hasta la capilla del centro en la que cada domingo se celebra misa. "Son situaciones extremas, en los últimos siete años solo se ha recurrido en una ocasión, pero ahí está la posibilidad. Retiramos el Santísimo, avisamos al párroco y se utiliza como dormitorio, igual que se usa como salón de actos", cuenta.

Donde sí nota ya mayor concurrencia es en los servicios de comidas. "El desayuno está abierto a todo el mundo y si normalmente servimos unos 80, estos días superamos el centenar. Las comidas para los usuarios que pernoctan también están más concurridas, hay gente que duerme aquí y vuelve a cenar, pero ahora regresan también al mediodía", comenta Millán. Los usuarios pueden alargar su estancia hasta 21 días y en el caso de que se trate de trabajadores de otros sitios que recorren España se permite una permanencia de 28 días siempre y cuando tengan un contrato vigente.

Cruz Roja es otra de las entidades que trabaja a pie de calle para mitigar el frío. Entre 10 y 15 personas salen todas las noches para velar por el estado de salud de los que duermen a la intemperie. Cuando el frío aumenta el operativo se refuerza. "Es una época en la que estamos muy pendientes de que no enfermen y, si lo hacen, visitarlos a menudo y trabajar con ellos para que acudan a algún recurso o acompañarlos al hospital", señala la subdirectora de intervención social de la entidad en Zaragoza, Susana Royo.

350 voluntarios en el recuento de personas sin hogar
Un total 350 voluntarios participarán en el V Recuento para el Estudio de Personas sin Hogar de Cruz Roja de Zaragoza que se llevará a cabo la madrugada del 14 al 15 de noviembre próximos. Los técnicos de esta organización y las personas que colaborarán de manera altruista recorrerán la ciudad para hacer un censo exhaustivo de personas sin hogar y, al mismo tiempo, solicitar su colaboración para llevar a cabo encuestas que permitan conocer su situación y evolución. Este trabajo de campo servirá de base para la elaboración de un informe que se actualiza cada dos años y que permite acercarse a la situación real de este colectivo de cara a mejorar su asistencia.

Para organizar este barrido, la capital aragonesa se ha dividido en 50 zonas. En cada una de ellas trabajará un grupo de voluntarios bajo la supervisión de un coordinador del equipo. En 2016 se localizó a 126 personas durmiendo al raso. Hay que tener en cuenta que en esta estadística se incluye a la gente que se busca un rincón para dormir más o menos visible y fácil de localizar, como cajeros, parques, puentes o estaciones, pero no están aquellos que encuentran lugares más escondidos.

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