La Campana de Oro recupera una bodega y va a abrir 16 apartamentos turísticos

La empresa Peña Telera apuesta por pisos para familias de 2 a 6 personas, uno para llevar animales y otro de disminuidos

La Campana de Oro se convierte en apartamentos turísticos
La Campana de Oro se convierte en apartamentos turísticos
José Miguel Marco

El edificio de la Campana de Oro, en la calle de Alfonso 41, está a punto de caramelo para abrir en diciembre como un bloque de 16 apartamentos turísticos para familias que visiten Zaragoza, con plazas de dos a seis personas. La dirección general de Turismo ha autorizado la apertura, están amueblándolos y solo le falta poner la luz.

David Palomares, socio de la empresa Peña Telera S.A. y Apartamentos Almada (almohada en aragonés), explica que hicieron un estudio de mercado y pensaban que Zaragoza no tenía oferta suficiente de este tipo de pisos para turistas. Van a instalar una recepción y una oficina en el edificio, si bien cree que este producto se vende sobre todo por internet. "Estar cerca de la plaza del Pilar es la mejor imagen, como las fotos de los apartamentos", apunta el constructor, enfrascado en el amueblamiento de los 16 apartamentos.

En plena vorágine de la apertura del inmueble, el arquitecto Ignacio Barrios, del despacho Atiq, detalla que cuando revisaron la planta baja donde se fabricaba los tejidos en la tienda La Campana de Oro y han descubierto una bodega histórica como en el Casco Viejo. David Palomares apunta que este lugar puede utilizarse para celebrar eventos. 

El alquiler de los apartamentos puede rondar entre los 75 y 100 euros en función de la temporada alta o baja. Aun así, el empresario asume que están en fase de aprendizaje y de momento les han calificado como un negocio de dos llaves (estos apartamentos turísticos hay de una a cuatro llaves) y no han elegido que tenga mayor categoría porque no hay zonas de servicio comunes para los alquilados.

"Hemos guardado un apartamento para disminuidos que lo exige Turismo y también hay otro dedicado a los que traen animales o 'Pet-friendly' en el último piso. Queríamos abrir la terraza para ver el Pilar pero no se ha podido", señala el empresario.

El arquitecto destaca que el edificio es de 1890 y se ha respetado la fachada original, la pared o machón de ladrillo en los interiores, que se han reforzado, los techos con maderos auténticos y las baldosas hidráulicas. La calefacción es por aerotermia.

La puesta en marcha del edificio tendrá también dos locales en la planta baja. "La gente suele entrar a preguntar por el precio de compra de los pisos, pero les decimos que son apartamentos turísticos. Alguno lo pondremos en Booking, pero la mayoría los queremos gestionar nosotros en la oficina que abramos aquí en la primera planta", concluye el empresario.

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