Fisgonear en el historial de una amiga puede dejar sin trabajo y llevar a prisión a una enfermera

La acusada y la denunciante habían sido "íntimas amigas". Sin embargo, cuando la última se casó, la relación se enfrió y la enfermera, supuestamente, la amenazó con revelar información sensible obtenida a través de su expediente médico.

La acusada, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
La acusada, durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Zaragoza.
G. Mestre

La Audiencia de Zaragoza sentó ayer en el banquillo de los acusados a Sara P. R., una enfermera del Salud con más de 20 años de ejercicio a la que una supuesta intromisión en el historial médico de una antigua amiga podría costarle el trabajo e incluso una condena de casi cuatro años de prisión. La Fiscalía y la acusación particular le acusan de un delito de revelación de secretos por fisgonear en el expediente de esta mujer sin justificación alguna, hecho que habría quedado constatado a través de una investigación interna del propio Salud.

La defensa había insistido siempre la inocencia de su cliente, pero tras escuchar a todas las partes durante el juicio, esta propuso ayer al tribunal una pena alternativa de un año y medio de cárcel y dos de inhabilitación para ejercer su profesión.

Los hechos que han dado lugar a esta causa fueron denunciados en la primavera de 2017, primero ante el Salud y después ante la Policía Nacional. Como recordaron durante la vista el ministerio público y la abogada Carmen Cifuentes, que representa a la denunciante, ambas mujeres habían mantenido una relación de estrecha amistad desde niñas, ya que eran naturales de la misma localidad oscense. Las dos estuvieron incluso viviendo juntas durante varios años en Zaragoza. Sin embargo, parece que el hecho de que una de ellas contrajera matrimonio fue encajado bastante mal por la ahora acusada.

Según la denunciante, las desavenencias entre ambas habían tenido altibajos, pero la relación se rompió por completo el 30 de marzo de 2017. Aquel día, las dos se encontraron por casualidad en la calle del Monasterio de Poblet de Zaragoza, circunstancia que supuestamente habría aprovechado Sara P. R. para proferir toda una suerte de insultos contra su otrora amiga.

"Yo iba caminando hacia mi casa cuando me di cuenta de que ella venía detrás de mí. Entonces, empezó a gritarme: ‘Ven aquí sinvergüenza. Que sepas que voy a decir a todos en el pueblo que tu hermana tiene una enfermedad. Que eres una sinvergüenza desde que te has casado’", declaró ayer la denunciante y perjudicada.

Según esta mujer, la encausada no se conformó con menospreciarla, sino que también la amenazó con aprovecharse de su condición de enfermera en el centro de salud Delicias Sur para acceder a su historial médico. Preocupada, la denunciante acudió al día siguiente al Salud para comunicarles lo que había sucedido, lo que desencadenó una investigación interna que confirmó la intromisión "sin ningún motivo justificado" de Sara P. R. en el historial médico de su examiga.

"Me metí una sola vez en su historial y porque me lo pidió ella", aseguró ayer la enfermera al tribunal intentando justificar sus actos. "Me la encontré un día por la calle y vi qué tenía rota la muñeca. Cuando le pregunté qué le había pasado, me dijo que lo mirara yo misma en el ordenador", manifestó la acusada. Sin embargo, la acusación particular tuvo que recordarle a continuación que la investigación había demostrado que no era una sino dos veces –distantes en el tiempo– las que había accedido sin permiso a la base de datos del Salud.

Practicada la prueba, la Fiscalía y la denunciante mantuvieron la petición de penas de entre 3 años y 3 años y 8 meses de prisión para la encausada, condena a la que añadieron una suspensión de empleo por un periodo de seis años. La defensa, a cargo de Carlos Castillo, solicita la absolución. Y en caso de apreciarse, una condena a la que habría que aplicar la atenuante de confesión.

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