Plaza Imperial se centrará ahora en el ocio y la restauración para intentar reflotar su actividad

Los nuevos propietarios pretenden reorientar la oferta ante la saturación de grandes superficies. Preparan un plan estratégico, pero no adelantan ni plazos ni metas "para no repetir errores".

El ambicioso centro comercial del automóvil, situado frentea Plaza Imperial, se estrenó en 2007, pero fue una ruina y ahora acoge todo de tipo de negocios y actividades.
El ambicioso centro comercial del automóvil, situado frentea Plaza Imperial, se estrenó en 2007, pero fue una ruina y ahora acoge todo de tipo de negocios y actividades.
Toni Galán

Los nuevos propietarios de Plaza Imperial están decididos a potenciar la oferta de ocio y restauración con el objetivo de reflotar su actividad. Los inversores vascos y argentinos que adquirieron el centro comercial a finales del año pasado son conscientes de la saturación de grandes superficies en la capital aragonesa, por lo que pretenden especializar la galería comercial, ahora vacía, con una oferta "alternativa" que les permita diferenciarse del resto y atraer de nuevos clientes a la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza).

La sociedad madrileña Inversiones Carney S. L. adquirió Plaza Imperial el pasado 20 de diciembre por 15 millones de euros, una mínima parte de los 230 que llegaron a invertir Procom Desarrollos Urbanos y Cecosa Hipermercados (perteneciente a Eroski) hace una década en su construcción. La primera decisión fue paralizar el entonces vigente plan de reconversión de Plaza Imperial en un ‘outlet’, auspiciado por el gobierno municipal de ZEC, para buscar un nuevo nicho de mercado. No obstante, no quiere cerrarse puertas y esta misma semana ha obtenido la prórroga para evitar que caduquen las licencias concedidas en mayo de 2017 a la anterior propiedad. Eso sí, solo tiene un mes para presentar el proyecto de ejecución.

El nuevo gerente de Plaza Imperial, Juan José Arriola, está al frente del centro desde la pasada primavera y su prioridad es ahora analizar la estrategia a seguir "para no cometer errores pasados". Así, apuntó que solo hay que darse una vuelta por los centros comerciales de la ciudad para percibir su situación y llegar a la conclusión de que el objetivo no puede ser captar a grandes operadores que se marcharon y cuya apuesta pasa por concentrar su oferta. Y menos ahora, cuando la venta electrónica empieza a hacer estragos en el comercio tradicional. "No buscamos un motor comercial, pero no nos cerramos a que vengan operadores", dijo.

Arriola no quiso dar ninguna pista sobre los tipos de negocios de ocio y restauración que quieren promover y captar, aunque insistió en que la clave está en "diferenciarse y potenciar nuevas formas de entretenimiento" a los potenciales usuarios.

Así lo pretende hacer ya en X Madrid, un centro comercial reconvertido con este nuevo concepto en Alcorcón que reabrirá el próximo año tras una inversión de más de 30 millones: contará con un centro de buceo, rocódromo, una ola artificial para surfear y una pista de skate. Este modelo lo inventó Puerto Venecia y ahora todos pretenden imitarlo para subsistir. De hecho, Grancasa reorientó y potenció hace unos meses su oferta de restauración.

Plaza Imperial ya dio un primer paso hace un mes con la apertura de las instalaciones que el club de élite Sala Zaragoza tiene en la galería comercial. Se trata de un espacio de 2.000 metros cuadrados junto al supermercado Simply, ocupado en su día por la Fnac, en la que se organizan actividades de deporte y ocio infantil. Cuenta con tres campos de futbito y sendos espacios de ‘chutagol’, ‘fut-toc’ (una mesa en la que se juega con un balón) y para organizar gincanas. Acoge entrenamientos de lunes a jueves y cumpleaños los fines de semana.

La nueva propiedad le cedió el espacio con el objetivo de atraer actividad y clientes para los negocios que aún se mantienen en Plaza Imperial, que llegó a contar con 177 en su inauguración hace diez años. Este centro comercial sufrió como ninguno la competencia, con un cierre imparable de tiendas, hasta reducir su número a apenas una decena. Esto llevó a concentrar la actividad junto a la zona de restauración y ocio, donde continúan como motor los cines Yelmo.

En las últimas semanas también se ha ampliado la bolera y ha abierto en la galería comercial Bodas Bulldog, un negocio dedicado a la organización de bodas que ocupa un local de 90 metros cuadrados.

El actual gerente enfatizó que la demanda ha cambiado, ya que el público antes acudía a comprar a los centros comerciales y ahora se acerca para entretenerse. "No nos marcamos metas ni plazos. Solo queremos acertar en el tiro, sin vender motos. Por eso, estamos trabajando en un plan estratégico muy meditado para ofrecer una oferta de experiencias", concluyó.

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