Navarros y aragoneses recuerdan a 225 soldados fusilados en Zaragoza en 1936

Allí, en la manzana cuatro, fueron arrojados a una fosa común los cuerpos de los 225 soldados navarros fusilados en octubre de 1936 en el campo de San Gregorio en Zaragoza.

El alcalde Pedro Santisteve ha acudido al acto de homenaje en el cementerio de Torrero
Navarros y aragoneses recuerdan juntos a 225 soldados fusilados en Zaragoza en 1936
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Más de 200 personas de Aragón y de Navarra han recordado hoy la memoria de 225 navarros pertenecientes al Tercio de Sanjurjo que fueron fusilados en 1936 en Zaragoza, en un acto en el que, además de rendir homenaje a las víctimas, se ha agradecido el esfuerzo de los familiares por exhumar los restos.

El homenaje, que ha contado con la presencia de autoridades de las dos Comunidades, entre ellas las presidentas de los parlamentos autonómicos de Navarra y Aragón, Ainhoa Aznárez y Violeta Barba, respectivamente, se ha celebrado en el cementerio de Torrero, donde se ha descubierto un monolito en recuerdo de las víctimas.

Allí, en la manzana cuatro, fueron arrojados a una fosa común los cuerpos de los 225 soldados navarros fusilados en octubre de 1936 en el campo de San Gregorio en Zaragoza.

Pertenecían al Tercio de Sanjurjo, al que muchos hombres se alistaron presionados para combatir en el bando sublevado como vía para escapar a una muerte probable en el verano del 36.

Han pasado 82 años desde entonces, y hoy familiares, procedentes de 24 municipios navarros, junto a aragoneses que se han sumado al recuerdo, han mantenido viva la memoria de estos jóvenes con el deseo de que estos "crímenes" no caigan en el olvido.

Ha sido en un acto organizado por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Zaragoza, en el que, además de rendir homenaje a las víctimas, se ha querido agradecer especialmente a los familiares su empeño por exhumar los restos en 1979 para devolverlos a sus pueblos de origen, donde recibieron digna sepultura.

"Sin pedir permiso ni esperar a licencias, se enfundaron el mono de trabajo para exhumar estos restos", ha recordado el alcalde de Sartaguda, Paolo Albanese.

El acto, que ha comenzado con el Himno de Navarra, ha dado voz a tres de los familiares de las víctimas. Ha comenzado Paulino Molinet, quien ha recordado a su tío Santiago, hermano de su padre, y ha agradecido este "digno gesto" frente a otros que quieren "echar tierra encima de la verdad".

Purificación Pérez, de 87 años, quien ha necesitado ayuda para subir al atril, ha recordado la última carta que escribió su hermano Vicente antes de morir fusilado en Zaragoza, con apenas 20 años.

Y Arcadio Ibáñez, hijo de un navarro que fue detenido y conducido a la cárcel de Torrero sin que "jamás" se supiera nada más de él, ha alertado de que el olvido puede llevar a la Historia a repetir los "mismos errores".

Sus palabras han emocionado al público que ha abarrotado la sala de ceremonias, un espacio que se ha quedado pequeño para parte de los asistentes que han tenido que seguir el acto desde el exterior.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha reivindicado la memoria histórica para no caer en el olvido y ha lamentado que España sufra una "enfermedad" a la que ha llamado "amnesia retrógrada". Frente a ese "olvido", este acto de memoria histórica se convierte también, ha dicho, en un acto de "familia" entre aragoneses y navarros.

Por su parte, la consejera de Relaciones Ciudadanas e Instituciones del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, quien ha excusado la ausencia de la presidenta navarra Uxue Barcos, por una "inoportuna gripe", ha resaltado la importancia de recuperar la "memoria" de navarros que fueron víctimas de una "violencia injusta".

Durante esta primera parte del acto, la cantautora Maite Menén, nacida en Zaragoza y residente en Navarra, ha interpretado, junto a su hijo, una canción compuesta en euskera y dedicada a su abuelo, también asesinado y enterrado en Zaragoza.

Después, las autoridades navarras y aragonesas, junto a los familiares, se han trasladado a otro punto del cementerio donde han descubierto el monolito conmemorativo.

Allí se ha realizado una ofrenda floral en el que han participado los 24 ayuntamientos de los municipios de los que procedían las víctimas, mientras se leían los nombres de cada uno de los homenajeados.

Antes, también frente al monolito, un grupo de joteros ha cantado una jota homenaje, cuya letra resumía la esencia de este acto: "En el año treinta y seis, sus vidas arrebataron, pero aquí estamos nosotros: la simiente que dejaron".

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