El Ayuntamiento de Zaragoza ofreció ayer por primera vez datos oficiales de aforos de los carriles bici de la ciudad. El área de Movilidad completó el pasado mes de septiembre un recuento de tres vías ciclistas en el que, además, se tuvo en cuenta también la circulación de los patinetes eléctricos, que en los últimos meses han experimentado un notable crecimiento. Los datos obtenidos reflejan que el carril bici de Gran Vía es el más exitoso de toda la malla ciclista con 3.191 usuarios diarios, de los que 136 son patinetes y 3.045 bicicletas. "Esta cifra sitúa a la vía ciclista que transcurre paralela a la traza del tranvía entre una de las más utilizadas de España, y a la altura de cifras europeas", destacaban ayer desde la concejalía que tutela Teresa Artigas.

El Ayuntamiento, que tiene como objetivo crear una base de datos sobre el uso de las vías ciclistas, midió también el mes pasado otras dos infraestructuras para bicicletas: la recién inaugurada en el paseo de Sagasta y la que discurre paralela a la ribera del Ebro en Echegaray y Caballero. En esta última se registran 2.040 usos diarios, de los que 80 son de patinetes y 1.960 bicicletas. Por su parte, el recientemente implantado carril bici de Sagasta tiene muchos menos usos: apenas 809, de los que 786 son bicis y 23 son patinetes.

Se echa en falta en esta primera estadística el estudio de algunos carriles cuestionados por las entidades vecinales por su –supuesta– baja densidad ciclista como pueden ser los de la avenida de Valencia o el que fuera tan polémico en el paseo de la Constitución. Sobre este, que obligó a recortar carriles para el tráfico privado, apenas se disponen de datos de colectivos ciclistas recabados por voluntarios, que indican que apenas 20 ciclistas por sentido lo recorren cada hora.

Un sistema manual

La otra cara de la moneda es el mentado éxito del carril bici de Gran Vía –que se beneficia de su proximidad al campus de San Francisco–, así como de otras vías (valga el ejemplo de la del paseo de Calanda) que, en principio parecerían secundarias, al conectar la estación Delicias con el distrito Universidad también son muy demandadas. "Los aforos los ha medido el servicio de Movilidad mediante un sistema manual a través de las cámaras de control de tráfico", explican fuentes municipales, que añaden que durante varios meses se pusieron a prueba otros sistemas pero fueron descartados. De hecho, el pasado mes de marzo se instalaron las denominadas espiras inductivas, un mecanismo de detección similar a un imán que se instala bajo el asfalto y percibe las variaciones magnéticas que se producen con el paso de un metal, pero estas no resultan útiles dado que "arrojaban datos erróneos". Según explican, en ocasiones recogía las vibraciones del tranvía u otros vehículos pesados y, además, era incapaz de detectar el paso de algunos tipos de usuarios como los tan traídos y llevados patinetes eléctricos que, desde hace semanas, se hacen fuertes en las calles.

El porcentaje de usuarios de patinete sigue creciendo, tanto a nivel privado como a través de empresas de movilidad compartida, que suman ya en Zaragoza más de 300 vehículos. El Consistorio prevé que la cifra media de uso, que se sitúa en torno al 4%, se incremente en los próximos meses, en los que también habrá que definir una nueva ordenanza que se atenga a las indicaciones general que está a punto de dar a conocer la Dirección General de Tráfico.

Zaragoza cuenta de momento con una red de carriles bici de unos 130 kilómetros, que continuará expandiéndose en los próximos meses. De hecho, esta misma semana se anunciaron proyectos para San Juan Bosco, Fray José Casanova y Pablo Gargallo (por la zona de Puerta de Sancho). Hay que recordar también que ZEC planea hacer otra vía ciclista por el paseo de María Agustín bajo el abrigo de los presupuestos participativos.