Los 12 bastiones del barrio Oliver

Un barrio dinámico, generoso, participativo y del que sus vecinos se sienten orgullosos. Así es el zaragozano barrio Oliver según sus habitantes, que han participado en el proyecto ‘Cuéntame Oliver: escuela de ciudadanía viva’ para identificar las fortalezas de su zona, hacer frente a los estereotipos y cambiar la mirada que el resto de la ciudad tiene de él.

“Es un proyecto que realizamos en convenio con el Ayuntamiento de Zaragoza durante 2017 y 2018”, cuentan desde La Bezindalla, una Cooperativa de Iniciativa Social formada por tres trabajadoras sociales especializadas en mejorar la convivencia entre comunidades.

Tras muchos meses de trabajo y gracias a la colaboración de los vecinos, el barrio presume ahora de los doce puntos fuertes que lo caracterizan. “El objetivo era trabajar con la mayor población social, recogiendo opiniones de vecinos, trabajadores o gente que, de alguna manera, está vinculada al barrio”, explican desde la cooperativa. “Para nosotras ha supuesto también un cambio de perspectiva. Siempre se suele trabajar en función de los problemas, por lo que esta manera de enfocar la iniciativa, poniendo el foco en las fortalezas y no en sus carencias, ha supuesto una actualización y un reto”, admiten.

El objetivo de la iniciativa no ha sido otro que realzar la autoestima colectiva recuperando los logros conseguidos a lo largo de los cien años de historia que tiene el barrio. El parque, el ensanche de Antonio Leyva o las viviendas de protección oficial han sido algunos de esos hitos que los vecinos nunca olvidarán.

“Allí solo hay ruido, aquí hay barrio”

El trabajo de campo realizado por la Bezindalla este verano, con entrevistas, cuestionarios y actividades de calle, dio paso al análisis de la información obtenida. Con las respuestas de los encuestados, las trabajadoras sociales delimitaron las 12 fortalezas del barrio y las acompañaron con frases literales de los vecinos.

Oliver destaca según ellos por su capacidad de escucha. “Nunca encontraremos a 'la Pili', 'la Angelines' o 'al José Luis' en un centro comercial. Allí solo hay ruido, aquí hay barrio”, dijo uno de los vecinos al respecto. También es un barrio con capacidad de soñar y en el que se desarrolla un gran sentimiento de pertenencia, porque “el título de amor de barrio no te lo dan con el padrón”.

Otro de los aspectos positivos que tiene este barrio, que este año ha celebrado su centenario, es que es como si fuera un pueblo en el que casi todo el mundo se conoce. Además, recalcan su generosidad y voluntariedad.

La participación ciudadana es otra de sus señas de identidad. Entre sus fortalezas destaca que es un barrio dinámico y participativo, luchador y con un constante movimiento reivindicativo vecinal. Además, cuenta con espacios que favorecen el encuentro y con una amplia diversidad de cultura e ideas. De hecho, en esta zona hay vecinos empadronados procedentes de 109 países diferentes.

Se buscan embajadores de Oliver

Pero el trabajo de La Bezindalla y el proyecto ‘Cuéntame Oliver’ no ha acabado todavía. Ahora toca devolver a los vecinos el cariño que han demostrado sentir por el barrio. Para ello, la cooperativa ha preparado un montaje en formato de exposición con los resultados de la iniciativa para darla a conocer. “Queríamos crear algo vistoso e hicimos 12 cubos con fotografías y frases de los vecinos. Ya hemos iniciado las primeras acciones de calle y nos hemos juntado con grupos para seguir difundiendo el proyecto, dar a conocer el trabajo realizado y devolver y validar con la comunidad las fortalezas extraídas”, apunta el colectivo.

También han impulsado la ‘Red de embajadas de fortalezas de Oliver’, con la que invitan a los vecinos a comprometerse a fomentar los aspectos positivos del barrio.  “Quienes quieran participar firman una especie de carta de adhesión y se toman una fotografía con la caja de la fortaleza que hayan seleccionado”.

Asimismo, desde La Bezindalla recuerdan que la exposición ‘Oliver, a las puertas de…’ puede visitarse hasta el 31 de octubre en el Centro Joaquín Roncal. La muestra surgió precisamente como parte del proyecto ‘Cuéntame Oliver’ y ya ha recorrido buena parte de la ciudad desde el pasado mes de marzo. “Incluye un centenar de fotos de establecimientos con los que hablamos, porque al final son los que abren sus puertas cada día y dan vida al barrio”, concluyen desde la cooperativa. El próximo destino de este pedacito del barrio será el centro Ibercaja del Actur.