La Zaragoza que rejuvenece

Seis de los 29 distritos rebajan su tasa de envejecimiento y hacen de vivero de la ciudad. Los barrios tradicionales pierden población y su media de edad sube, mientras los nuevos crecen.

Imagen de la protesta que tuvo lugar ayer en la puerta principal del colegio Rosales del Canal.
Foto de archivo de una protesta en la puerta principal del colegio Rosales del Canal.
Oliver Duch

Los datos no dejan lugar a las dudas: Zaragoza tiende a envejecer. La inercia que ha cogido la capital aragonesa -similar a la del resto de España- es clara, y así lo reflejan las frías cifras, que hablan de que uno de cada cinco zaragozanos tiene más de 65 años, un porcentaje casi tres puntos y medio superior al de hace solo una década, cuando se cerró la Expo del agua y aún había quien soñaba con la ciudad del millón de habitantes. Pero también lo evidencian las calles, con barrios en los que la población que supera la edad de jubilación es hegemónica, y rebasa incluso el 25% del total. Y en los que la llegada de bebés es casi una excepción.

Sin embargo, también hay una Zaragoza que rejuvenece. Distritos en los que la media de edad no solo no aumenta con el paso del tiempo, sino que baja año a año. Calles en las que la llegada de nuevos zagales es habitual, y que hacen de vivero poblacional para la capital aragonesa. Son los lugares desde donde se trata de frenar la caída que sufre la tasa de natalidad zaragozana. En 2016 esta era del 8,8%, casi tres puntos menos que en 2008.

Es un nivel similar al de la media española y algo superior al de la aragonesa, pero la curva que describe en el tiempo presenta una preocupante tendencia a la baja. De los 29 distritos de la ciudad, incluidos los barrios rurales, solo seis han visto disminuir en el último año su tasa de envejecimiento. Este indicador es el resultante de dividir el número de personas mayores de 64 años entre los menores de 15 y multiplicarlo por cien, y sirve para medir ‘la edad’ del distrito.

En todos los barrios de Zaragoza el porcentaje de envejecimiento ascendió al cierre de 2017 con respecto a 2016, salvo en el nuevo Distrito Sur, en Miralbueno, en Torrero-La Paz (por la influencia de Parque Venecia) y en los barrios rurales de Peñaflor, Monzalbarba y Casetas. Fundamentalmente, se trata de los lugares en los que se han concentrado los nuevos desarrollos urbanísticos, como Valdespartera, Arcosur, Parque Venecia, nuevas zonas de Miralbueno... Una Zaragoza de nuevo cuño que ha servido de refugio a los jóvenes zaragozanos que se van de casa para vivir solos o empezar a formar sus familias, y que en muchos casos no han encontrado en sus barrios de origen, donde nacieron y crecieron, una vivienda que se adapte a sus necesidades.

Se trata de distritos jóvenes en los que los colegios, cuando por fin se levantan, pronto se quedan pequeños, donde las guarderías surgen como setas y donde los parques infantiles se convierten en el lugar de reunión. El ejemplo más claro es el recién creado Distrito Sur, que engloba a Valdespartera, Rosales del Canal, Montecanal y Arcosur. Si la edad media de Zaragoza es de 43 años en los hombres y 46 en las mujeres, en el nuevo distrito es de 32 en ambos casos; si la tasa de envejecimiento de la capital aragonesa ha crecido hasta el 147%, en el Distrito Sur es del 16%; si la tasa de juventud de la ciudad es del 67%, en este nuevo sur es del 619%…

En el conjunto de la ciudad, el 20,67% de los vecinos tienen más de 65 años; en el Distrito Sur, este colectivo solo supone el 4,1% de sus 36.208 habitantes.

Zaragoza ‘se muda’ al extrarradio

La ciudad rejuvenece en el extrarradio gracias a estos nuevos vecinos, pero el corazón de sus barrios tradicionales envejece. Según los datos que ha recopilado y trabajado Ebrópolis, la citada tasa de envejecimiento, que es del 147,5% en el conjunto de la ciudad, se dispara hasta el 267,8% en el Centro, al 230,2% en Las Delicias, al 227,1% en San José, al 218% en Las Fuentes y al 215,6% en La Almozara.

La edad media de un zaragozano es de 43 años, y el de una zaragozana, de 46 años y tres meses. Pero si vive en el Centro, la edad media se eleva hasta los 46 años y siete meses en el caso de los hombres y los 51 años y 7 meses en el caso de las mujeres. Las Delicias, San José, La Almozara y Universidad figuran también en la parte alta de esta ‘clasificación’ de edades por barrio. Estos distritos son, precisamente, algunos de los que más población han perdido.

En los últimos diez años, Zaragoza ha ganado vecinos, de los 682.283 de 2008 a los 697.895 con los que se cerró 2017. Pese a este leve crecimiento, ha habido muchos barrios que han perdido gente, como Las Delicias (casi 14.000 personas menos en una década), San José (4.400), Centro (4.300), Universidad (3.300) o Las Fuentes (3.200).

Las cifras, por lo tanto, corroboran un fenómeno que resulta evidente: los barrios de la ciudad consolidada pierden población y esta envejece a un alto ritmo. Mientras, en los nuevos desarrollos del extrarradio el número de habitantes crece rápidamente, y la media de edad baja. Unas circunstancias que, además, condicionan los servicios públicos que se demandan en cada punto de la ciudad. En los nuevos desarrollos urbanísticos exigen un mejor transporte público, centros de salud, colegios, farmacias, correos, centros deportivos públicos… Necesidades básicas para los vecinos que obligan a las administraciones competentes a esfuerzos económicos a los que, en ocasiones, no llegan. Es ahí cuando aparecen los barracones en los barrios del sur, las exigencias de mejores frecuencias de autobús o la ausencia de farmacias.

En los barrios tradicionales, por contra, las necesidades pasan por cuestiones como los ascensores en las viviendas que no los tienen, la regeneración urbana, la ayuda a domicilio o la teleasistencia.

La vida en soledad

El envejecimiento de la población ha sacado a la superficie del debate público un problema que permanecía bastante soterrado, pese a su importancia: el de las personas mayores que viven solas. Un tema complejo que, cada vez más, preocupa a las instituciones, y que emerge con fuerza cuando se suceden los casos de mayores que mueren en soledad, como ocurrió el pasado verano.

Según los datos que maneja Ebrópolis, en base al padrón de 2018, en Zaragoza hay 36.840 mayores de 65 años que viven solos, 4.104 más que en 2013. Los barrios más afectados por esta situación son Las Delicias (6.819 personas), San José (4.655), Centro (4.347), Universidad (3.428) y El Rabal (3.225). En el caso de los mayores de 85 años, los datos reflejan que hay 10.357 que viven solos. Las Delicias (2.022), Centro (1.352), San José (1.332) y Universidad (1.055) lideran la estadística.

Las dificultades de este colectivo se agrandan cuando se cruza esta realidad con la de las viviendas que no disponen de ascensor. En la capital aragonesa hay un 24% de edificios que sufren esta situación, el 6% de los cuales tienen tres o más plantas. Para colmo, algunos de los barrios más afectados por este problema son también los más envejecidos, como Las Delicias, San José, Torrero (sin contar Parque Venecia), el Oliver y el Casco Histórico. Esto crea situaciones de aislamiento, con personas mayores que tienen auténticas dificultades para salir de sus casas o que directamente no pueden hacerlo.

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