Se abre el telón de los sueños de trapo

El parque Grande –paradójicamente– se quedó ayer pequeño ante el tumulto de niños que acudieron con sus padres o abuelos al estreno de la vigésima edición de la gran cita con las marionetas, el IX Festival Internacional de Teatro de Feria. A ritmo de dulzainas, gaitas y tambores, Los Titiriteros de Binéfar aglutinaron a una multitud que acudió con ganas de disfrutar en un entorno mágico. Todos los asistentes seguían al zancudo en el pasacalles, con música aragonesa tradicional, que presentaba por medio de su recorrido un nuevo entorno festivo. Para empezar con el juego, pequeños y mayores pasaron por un arco de flores que simbolizaba la entrada a un sitio fabuloso, de cuento: el Parque de las Marionetas. Una vez en el quiosco, se formó un círculo mágico (a modo de corro de la patata), que sirvió para aunar las ganas de pasarlo bien. El parque era una auténtica verbena. Hubo tiempo para juegos pero también para sermones, en concreto el del padre Damián, que tenía las manos demasiado largas...

Un par de rabosas, con mal colmillo, hicieron pegar el bullarengue al suelo a los presentes para no ser alcanzados por sus látigos. Todos sobrevivieron al ataque de estos animales cabezudos y feroces. Una vez la cosa se calmó, todos se sentaron en el quiosco para escuchar la canción, interpretada con títeres, del ‘Señor Don Gato’. El olor de las sardinas, dragones, culebras y peleles dieron paso a la aparición del cabezudo de Labordeta que, al son de ‘Arremójate la tripa’, chipió con una flor gigante a todos los que ayer se acercaron a los escenarios del parque. Y no son pocos: uno puede elegir entre la programación que ha dado comienzo en el quiosco de la música, el Teatro de la Feria, la Carpa Bagdad, el Salón de los Sueños, el Teatro Melodías, el Palacio de los Prodigios, la Cabeza Parlante y la Carpa Mágica.

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