El Ebro, basurero involuntario

El Ayuntamiento retirará restos de obras e infraestructuras que se encuentran en las aguas del río Ebro y que dificultan la actividad deportiva.

El Río Ebro, un basurero involuntario

El río Ebro no solo guarda silencio al pasar por el Pilar, también esconde restos de obras e infraestructuras que se hicieron en la ciudad y que ahora entorpecen la actividad deportiva de remeros y piragüistas. Por ello, el Ayuntamiento de Zaragoza comenzará a retirar estos desechos, aunque el primer paso es ver qué hay, dónde y qué tipo de intervenciones pueden desarrollarse.

La 'avenida principal' de Zaragoza es un basurero involuntario de residuos que comparten espacio con la fauna marina y aquellos que se atreven a navegar por sus aguas. El Ebro es testigo de la vida de la ciudad y, en ocasiones, damnificado, ya que se utiliza como papelera donde arrojar aquello que no sirve, cachivaches de lo más variado se han visto flotando en sus aguas.

No obstante, ahora el problema es otro. Las obras que se han llevado a cabo en los últimos años en el río o en sus inmediaciones todavía permanecen ahí. "Queremos extraerlos para recuperar el estado ecológico del río en la medida de lo posible", ha explicado Teresa Artigas, concejala de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza.

Artigas ha comentado que la demanda proviene de los deportistas acuáticos de la ciudad como son los clubs de remo, piraguas o las federaciones. "Cuando están realizando la practica de remo o piragua se encuentran con estos restos, que pueden perjudicarles físicamente", ha subrayado la concejala. El  verano es el momento ideal de hacer este reconocimiento por el cauce, ya que el caudal permite que se adentren en él tanto los propios deportistas, como los técnicos de las diferentes áreas municipales (Medio ambiente, Urbanismo y Zaragoza Deporte), los propios Bomberos y expertos de la Universidad. Esto es lo que han hecho este martes por la mañana: una primera batida para evaluar la situación y escuchar a las partes implicadas. En este sentido, varios expertos ya hicieron el año pasado un balance de la situación del río Ebro pero tras la última crecida, puede que estos restos se hayan desplazado aguas abajo.

"Si retirarlos fueran operaciones sencillas que se pudieran llevar a cabo con el presupuesto de este año empezaríamos ya. Si no fuera ese el caso, haremos las memorias valoradas y proyectos para empezar el verano que viene", ha señalado Artigas. Por citar algún ejemplo, todavía quedan restos del Iceberg de la Expo aguas arriba.

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