El maltratador que mató a su exmujer y se clavó el cuchillo en la cabeza sigue vivo y se enfrenta a 31 años de cárcel

Esperó a la joven en un punto de encuentro de Zaragoza y la acuchilló delante de su hijo, de 5 años. Pese a las graves lesiones que se provocó después, él sí logró salvar la vida y será juzgado en octubre por asesinato. Alega trastorno mental.

El crimen se produjo el 10 de abril de 2016 en este portal de la avenida de Conde de Aranda de Zaragoza.
El crimen se produjo el 10 de abril de 2016 en este portal de la avenida de Conde de Aranda de Zaragoza.
José Miguel Marco

El próximo martes, 10 de julio, se cumplirán dos años de la emboscada que costó la vida a Alexandra Rodica, la joven de 28 años a la que su exmarido acuchilló a traición en un portal de la avenida de Conde de Aranda de Zaragoza sin importarle nada que la macabra escena fuera presenciada por el hijo de ambos, de tan solo 5 años. La víctima sacó fuerzas para alcanzar la calle, pero nada más cruzar el umbral de la puerta cayó desplomada en la acera, donde fue auxiliada por un ciclista que usó su polo para frenar la hemorragia. Y lo consiguió, porque la mujer llegó con vida al Hospital Miguel Servet. Sin embargo, al día siguiente y tras dos operaciones de urgencia, las gravísimas lesiones que presentaba en cuello y abdomen terminaron provocando su muerte.

Cristinel Ionel Surca, de 34 años, utilizó el cuchillo con el que segó la vida a su exmujer para autolesionarse. De hecho, los primeros agentes en llegar al lugar de los hechos se lo encontraron tendido en el portal con el arma blanca todavía clavada en la cabeza. El homicida pasó por el quirófano y estuvo un tiempo en la unidad de cuidados intensivos, pero él sí salvó la vida y esta misma semana se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial. No para responder de este horrendo crimen machista, que será juzgado por un tribunal popular entre los días 22 y 26 de octubre, sino para asistir a una vista en la que debía decidirse si seguirá en prisión provisional hasta entonces. Y finalmente lo hará.

La Fiscalía y el abogado de la Comunidad Autónoma –que se personó en la causa por tratarse de un crimen de violencia de género­– piden para el acusado 26 años de prisión: 25 por el asesinato y uno más por el quebrantamiento de condena. Porque el día que decidió acabar de una forma tan cruel con la vida de Alexandra, sobre este pesaba una orden de alejamiento que le impedía aproximarse a ella.

La joven lo había denunciado varias veces por malos tratos y se había visto obligada a instalarse durante una temporada en un piso de acogida de la capital aragonesa. Pese a tratarse de un lugar supuestamente seguro y secreto, en octubre de 2016 Cristinel Ionel Surca se presentó allí con un ramo de flores. La víctima denunció estos hechos y su exmarido fue investigado por coacciones. Pero el juicio no llegó a celebrarse, ya que un día antes de la vista este acuchilló a Alexandra en el punto de encuentro donde tenían pactado hacer las entregas de su hijo.

Plantea una eximente completa

La acusación particular también acusa por un delito de asesinato, pero añade las agravantes de parentesco y abuso de superioridad, de ahí que proponga una pena más elevada: 30 años. A estos añade uno más por el quebrantamiento de la orden de alejamiento.

La defensa, por su parte, no niega la autoría del crimen. Sería difícil hacerlo, cuando hubo una testigo que vio discutir en el pasillo a la pareja instantes antes del acuchillamiento y cuando el propio agresor fue encontrado en el edificio. Sin embargo, niega que la muerte de Alexandra fuera premeditada y pedirá en el juicio que su cliente sea condenado por un delito de homicidio.Y lo más importante, propondrá que se le aplique la eximente completa de trastorno mental transitorio o, de forma subsidiaria, la de obcecación.

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