María Herrando Zapatero: "El termostato, a 25 grados en verano y a 21 en invierno, no al revés"

Su tesis premiada versa sobre paneles solares híbridos. Que son...

Todo el mundo conoce la energía fotovoltaica, que produce electricidad, y los paneles térmicos, que proporcionan agua caliente. En un mismo panel, los híbridos ofrecen las dos cosas. Yo investigué cómo optimizarlos y minimizar los costes.

¿Cómo?

Estos paneles son más caros que los otros, así que me propuse bajar costes y reducirles peso, porque pesan bastante. Así que hice unos modelos en 3-D para buscar distintos diseños y materiales. Una vez conseguí que los paneles fueran más eficientes y menos pesados optimicé el funcionamiento cambiando dimensiones y caudales para conseguir cubrir el máximo en una vivienda unifamiliar.

¿Esta tecnología está pensada para unifamiliares o también para comunidades?

También se puede poner en un edificio, por supuesto. El problema es que tienes menos espacio de tejado para dar servicio a más viviendas; pero por otro lado, como tienes en la misma placa las dos áreas, eléctrica y térmica, ya estás optimizando la superficie. Estos paneles se usan mucho en hoteles, industrias, universidades... edificios con una elevada demanda de agua caliente.

¿Existe cultura en España de este tipo de instalaciones?

Los países nórdicos van bastante por delante en concienciación, precisamente porque tienen muchas menos horas de sol que nosotros y tienen que aprovecharlas bien. Creo que la gente todavía tiene un poco de miedo a estas tecnologías, igual piensan que el mantenimiento es caro.

O que vayan a poner un impuesto al sol.

Por ejemplo. En España no tenemos la normativa más favorable, pero tampoco nos lo están impidiendo, más bien lo intentan facilitar, y creo que en los próximos años habrá más concienciación.

¿Y más conocimiento?

También. Muchas veces no se conocen las posibilidades de estas tecnologías. A mí me sigue sorprendiendo que haya gente que diga ¿un panel qué...?

Concienciación ciudadana y mejores legislaciones. ¿Y facilidades para la instalación?

Son necesarias. Casi toda la tesis la hice en Londres, en el Imperial College, y allí hay bastante más concienciación, ofrecen incentivos tanto para electricidad como para agua caliente. También estuve un año en Dinamarca, donde tienen una edificación sostenible desde 2010. Todos los edificios tienen consumo casi nulo. Y eso aquí todavía suena a chino. Igual no hay que obligar a la gente, pero sí incentivarla.

¿Supone un ahorro importante, tal y como está la luz de cara?

Hice un estudio económico y llegué a la conclusión de que, como la electricidad está subiendo tanto, en Zaragoza este tipo de sistema, con instalación incluida, te permite recuperar la inversión en unos diez años A precios actuales. La electricidad está subiendo todos los años. Es cara. Si ayudaran más en el desembolso para poner este tipo de instalaciones, probablemente la gente se animara más. Y en un país como España, los números salen.

¿Tenemos edificios eficientes?

Pasamos de un sí a un no, y luego a un sí. Con la crisis se construía con malos materiales, ahora se construye bien para consumir menos, entre otras cosas porque lo pide la ley. Pero la gente también debe saber cuándo abrir las ventanas, cuándo poner la calefacción, a qué temperatura el termostato... En invierno a 21 grados y en verano, a 25. No al revés. Cada grado supone mucha diferencia.

Quizá si nos hablaran en euros en vez de en kilovatios seríamos más conscientes.

En eso trabajamos. Hay ayuntamientos por Teruel a los que les decimos que si cambian las ventanas o ponen tal aislamiento, en dos años habrán recuperado la inversión y empezarán a ahorrar dinero. Tanto dinero. Entonces es cuando dicen: ¡ostras!