Condenan a un invidente por morder a un familiar y amputarle

La agresión, por la que el acusado será condenado a dos años de prisión, se produjo de madrugada a las puertas de una discoteca de Zaragoza.

El acusado, a la derecha, de naranja, mientras era informado del acuerdo por los abogados.
El acusado, a la derecha, de naranja, mientras era informado del acuerdo por los abogados.
Toni Galán

Una acalorada discusión con un familiar a las puertas de una discoteca de Zaragoza y el mordisco con el que le arrancó la falange de un dedo le van a costar dos años de prisión a Isidoro Nguema, un invidente para el que la Fiscalía pedía inicialmente una condena de tres años. Al reconocer los hechos, las acusaciones y la defensa llegaron a un acuerdo que permitió rebajar la pena lo suficiente para pedir su suspensión. En cualquier caso y pese a que el encausado no tiene antecedentes, será ahora la Audiencia Provincial quien deba pronunciarse sobre esta cuestión.

Los hechos que llevaron a este hombre al banquillo se produjeron sobre las 5.15 del 9 de septiembre de 2017. Como recordaba ayer la defensa, a cargo de la letrada Inmaculada Pérez, "fue un hecho puntual, fruto del consumo de alcohol y en un contexto de madrugada". Pero lo cierto es que el acusado mordió con tanta fuerza en el dedo a su oponente, Marcos N., que le causó una importante lesión.

Al parecer, el altercado se desencadenó cuando este segundo hombre vio a su novia discutiendo con Isidoro Nguema. Molesto, Marco N. arremetió contra el acusado propinándole un cabezazo en la cara, a lo que este último respondió mordiéndole en el cuarto dedo de la mano izquierda y amputándole traumáticamente la tercera falange.

La defensa consiguió convencer a la Fiscalía y a la acusación particular, a cargo del letrado Juan Carlos Miravete??, de que el invidente había actuado presa de un arrebato, hecho que facilitó que se le aplicara una atenuante muy cualificada para rebajar la pena a dos años. En cuanto al segundo acusado, para el que solo se pedía una multa, quedó exonerado. Ambos hombres renunciaron también a las indemnizaciones que les pudieran corresponder.

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