Cientos de personas han recorrido este jueves, entre pancartas reivindicativas, banderas arcoiris y flotadores de unicornios, el centro de Zaragoza para defender los derechos del colectivo LGTBI (Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales). La marcha, convocada por la Plataforma 28-J con motivo del Día del Orgullo, ha transcurrido en un ambiente festivo, con bailes, ingeniosas consignas y menos batucadas que en ediciones anteriores.

Este 2018 el protagonista es el colectivo trans que "está formado por las personas más discriminadas y vapuleadas", explica Eric García, en representación de Visión Trans. Los manifestantes han celebrado que la Organización Mundial de la Salud haya dejado de considerar la transexualidad como un trastorno mental, pero recordaron también que el fin del "estigma" y las "fobias sociales" aún parece lejano.

Kimberly Henríquez exige "una igualdad real" y, pese a reconocer los avances legislativos en Aragón, reclama una ley estatal que apoye al colectivo trans en los aspectos sanitarios o educativos. También en el ámbito laboral, incluso abogando por cuotas de empleo para paliar la precariedad de un colectivo, que sufre un índice de desempleo del 80%.

‘Stop homofobia’ o ‘La pluma es nuestra raza’ han sido algunos de los lemas que pudieron leerse en las pancartas de los participantes en una marcha, que ha discurrido entre la plaza de San Francisco y la del Pilar. Al concluir se ha leído un manifiesto en el que se denunciaba que las agresiones homófobas han repuntado en los últimos meses y se recordaba también que en trece países ser gay está castigado con la pena de muerte y en otros 70 las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales.

Pepe Paz, del colectivo Towanda, aplaude que la bandera arcoiris ondee en el Ayuntamiento porque "transmite el mensaje de que la ciudad tiene un vecindario diverso" en el que cada uno tiene derecho a "ser, sentir y relacionarse" con quien quiera. Así, los convocantes piden la respuesta de todas las instituciones "frente a los delitos de odio contra la identidad sexual", que en España se tradujeron en más de 160 agresiones el año pasado. "A mí me han insultado por pasear con mi novio de la mano", cuenta Mario Moreno, al tiempo que explicaba que durante un tiempo se reprimían cuando querían besarse en público, cosa que "a los heterosexuales ni se les pasaría por la cabeza".

En la marcha también han podido verse pancartas con reivindicaciones tales como la reproducción asistida para el colectivo lésbico, o una mejor formación en igualdad al profesorado. "Queremos que todos nuestros barrios y nuestros pueblos sean espacios seguros para ejercer nuestra libertad de ser y amar como queramos", explicaban desde el 28-J, al tiempo que continuaban escuchándose cánticos como ‘No desfilamos, nos manifestamos’ o ‘Joven precario, quema tu armario’.

Banderas trans y arcoiris en el Consistorio

En el balcón del Ayuntamiento de Zaragoza ondean desde ayer la bandera arcoiris, emblema del colectivo LGTBIQ, y la enseña trans (con unos colores azules y rosas más tenues), que representa al colectivo que protagoniza el día del Orgullo de 2018. La concejal de Educación e Igualdad, Arantza Gracia, destacó ayer que "la ciudad ha avanzado en su apuesta por la inclusión y la diversidad", si bien aún queda mucho margen de mejora. Entre los logros citó la creación de formularios municipales con el tercer género, un protocolo contra el acoso dentro del propio Consistorio, la formación en delitos de odio o una línea específica LGTBIQ en el Plan de Igualdad. También explicó la edil de ZEC que se ha editado una guía de diversidad familiar, "dirigida a servir de herramienta pedagógica en los centros educativos". Representantes de todos los grupos municipales participaron en el izado de ambas banderas.