La brutal paliza que sufrió el atleta andorrano Iván Ramírez (39 años) el 7 de octubre de 2016 en Ejea de los Caballeros comienza a juzgarse este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza. En el banquillo de los acusados estará sentado Iván K. S. (25 años), el presunto autor de la agresión, para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel por un delito de lesiones agravadas y 320.000 euros de indemnización por las secuelas. Junto a él será juzgado su primo Aleks T., que se enfrenta a una multa de 3.600 euros (12 meses a razón de 10 euros diarios) por un delito de omisión de socorro, ya que fue testigo de la paliza y no avisó a emergencias.

La acusación particular, ejercida por la abogada María Mercedes Lasierra en nombre de Iván Ramírez y de su madre, atribuye a Iván K. S. un delito de asesinato en grado de tentativa y por ello solicita a los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia una condena de 14 años. Además, considera que tanto el principal encausado como su primo son autores de sendos delitos de omisión de socorro y pide para cada uno de ellos multas de 7.200 euros.

Indemnización millonaria

La representación de la víctima duplica la petición de indemnización por las secuelas y pide que el acusado abone también 37.200 euros por los días de hospitalización, 5.000 por dos operaciones quirúrgicas y 100 por cada día de tratamiento sin hospitalización, un cómputo que aún no se ha realizado ya que la convalecencia de Iván Ramírez continúa. También solicita que el acusado sea expulsado de España (es natural de Bulgaria) durante 10 años.

La defensa, a cargo del letrado José Cabrejas, pide la absolución de sus dos representados y considera que, en caso de condena, los hechos deben ser calificados como un delito de lesiones básicas en concurso con otro de lesiones graves por imprudencia. El encausado siempre ha admitido que pegó al deportista, pero que su intención no era causarle semejantes lesiones y que estas fueron consecuencia de una "caída al suelo". Iván K. S. permanece en prisión provisional desde el 14 de octubre de 2016, un día antes se personó en la Guardia Civil en Ejea y se identificó como el agresor de Ramírez.

En el juicio también se ha personado la Comunidad Autónoma de Aragón, que reclama cerca de 78.500 euros por los gastos sanitarios ocasionados al Salud. Ramírez declarará como testigo en el juicio que empezará este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza y se alargará hasta el miércoles.

Los hechos

El 7 de octubre de 2016, Iván K. S. se hizo pasar por su novia -prima del atleta y menor de edad entonces- para citar al deportista en un corral de Ejea de los Caballeros. Según consta en el escrito de calificación de la Fiscalía, Ramírez llegó a este lugar sobre las 22.30 y la menor le condujo al interior, donde estaban Iván K. S. y Aleks T. "Nada más acceder, sin mediar palabra y de forma súbita e inopinada, (el principal encausado) se abalanzó sobre él, golpeándole repetidas veces con los puños en la cabeza, propinándole una brutal paliza en cuyo transcurso Iván cayó de espaldas al suelo", detalla el escrito.

"Estos hechos fueron presenciados por el procesado Aleks T. y por la menor", prosigue el ministerio público, "sin que hicieran nada por impedir la agresión". Los procesados y la menor abandonaron el lugar dejando a Ramírez "ensangrentado y sin procurarle asistencia". Fue un vecino de Ejea quien llamó a la Policía Local de la localidad y movilizó a los servicios médicos tras ver al atleta sentado al volante de su coche "inconsciente y sangrando por la nariz".

Secuelas irreversibles

Iván Ramírez fue trasladado en ambulancia a Zaragoza e ingresó, en estado de extrema gravedad, en el hospital Clínico, unas dependencias que no abandonaría hasta enero de 2017, casi cuatro meses después de la agresión. La paliza le provocó un traumatismo craneoencefálico que lo mantuvo bastantes días en coma inducido e hizo temer incluso por su vida. Tras dejar el Clínico fue trasladado a un centro de rehabilitación especializado de Badalona, donde estuvo recuperándose una larga temporada. Casi dos años después del ataque, continúa recuperándose de las lesiones, aunque algunas de ellas son irreversibles.