La juez condena a la cuidadora de la guardería en la que se quemó un bebé

La inhabilita durante seis meses para ejercer su profesión y la obliga a abonar 8.971 euros por las lesiones y las secuelas.

El bebé sufrió quemaduras en los muslos y
El bebé sufrió quemaduras en los muslos y

María Pilar A. B., educadora del centro infantil Nuestra Señora de la Rosa de Casetas, ha sido condenada al pago de una multa de 2.160 euros y a seis meses de inhabilitación especial para ejercer su trabajo por las quemaduras que sufrió en junio de 2016 un bebé de 14 meses que estaba bajo su cuidado.

La titular del Juzgado de lo Penal número 3, Milagro Gil, la considera autora de un delito de lesiones por imprudencia grave y profesional. La sentencia recoge que la trabajadora no adoptó "las más elementales medidas de precaución y atención necesarias" para el cuidado de la salud del niño cuando decidió sentarlo en el pavimento de la terraza de la guardería un día de verano con una temperatura de 37 o 38 grados.

El bebé sufrió quemaduras de segundo grado en ambos gemelos y en un glúteo y la condena, además, a indemnizar a sus padres con 8.971 euros por las lesiones que tuvo y las secuelas en forma de cicatriz que le han quedado.

La magistrada declara probado que, entre las 15.00 y las 17.15 del 22 de junio de 2016, María Pilar A. B. estaba desempeñando su trabajo como cuidadora y tenía a su cargo a cuatro niños, entre ellos el bebé. Dentro de ese intervalo de tiempo y con la temperatura mencionada, decidió trasladarlos al patio exterior de la segunda planta, de unos 57 metros cuadrados, con pavimento de baldosa antideslizante y un toldo fijo de plástico que cubría unos 25 metros cuadrados. En esas circunstancias, sentó al pequeño, que todavía no andaba ni gateaba, en un suelo que estaba tan caliente que le produjo quemaduras en la zona de contacto directo con el pavimento, es decir, en los gemelos y un glúteo. Las de las piernas fueron de segundo grado profundo, ya que el bebé vestía un pantaloncito corto, y la del glúteo fue de segundo grado superficial pues le protegió el pañal.

El niño tardó en curar 75 días, durante los cuales necesitó tratamiento analgésico y antibiótico y controles sucesivos por un especialista en cirugía plástica. Como secuela le han quedado cicatrices, especialmente en una pierna que continúa siendo muy visible.

Aunque durante el juicio, la acusada negó que sentase al bebé en el suelo y planteó que las lesiones podían ser fruto del roce con la hamaca en la que aseguró que estuvo colocado todo el rato. Sin embargo, la juez lo descarta puesto que todos los médicos declararon que las quemaduras se produjeron por contacto y no por fricción. Rechaza de plano que tuvieran que ver con que los padres del niño, representados por la abogada Olga Antón, lo hubieran llevado el día anterior a la piscina.

La sentencia recoge que las quemaduras se produjeron por la omisión del deber de cuidado exigible a la acusada que, además, añade "se ha calificar de inexcusable". "Descuidó su cuidado dejándolo sentando sobre una superficie antideslizante muy caliente porque en esas horas el sol daba de plano sobre el suelo, y del que además no podía escapar el pequeño que ni siquiera aun gateaba", señala la juez. Añade que el medio para evitar la lesión habría sido sencillo y hubiera bastado con no haberlo sentado en el suelo. La sentencia no es firme y puede ser recurrida.

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