El conductor que podía ir a prisión por tirar a un ciclista ni siquiera perderá un día de carné

La Fiscalía pedía inicialmente 3 años y medio de cárcel, una multa de 4.320 euros, 8 de años de retirada del permiso y hasta el decomiso de su coche. Sin embargo, un acuerdo entre las partes reduce la condena a un año de cárcel: pena que ya ha sido suspendida.

El acusado conducía el vehículo rojo que circula por delante del ciclista y que en un momento dado frenó de forma brusca en Vïa Ibérica.
El acusado conducía el vehículo rojo que circula por delante del ciclista y que en un momento dado frenó de forma brusca en Vïa Ibérica.
Heraldo.es

El conductor de 52 años que causó intencionadamente la caída de un ciclista de 30 en Zaragoza tras un pique de tráfico en Vía Ibérica ha sido condenado este miércoles por estos hechos. Pero ni pasará tres años y medio en prisión, ni pagará una multa de 4.320 euros, ni le será decomisado su vehículo. Es más, ni siquiera le retirarán un solo día el carné de conducir. Esta fue la pena que propuso hace unos meses la Fiscalía, al considerar que el conductor había llegado a poner en peligro la vida de la víctima con su temeraria acción.

Sin embargo, el ministerio público no ha tenido inconveniente en alcanzar un acuerdo con la defensa que se traducirá en una considerable rebaja de la pena: un año de prisión. Y como el Ángel M. C., no tiene antecedentes penales, el propio juez ha acordado en sala la suspensión de la condena.

La caída que supuso la apertura de diligencias penales contra el conductor zaragozano se produjo sobre las 17.45 del 24 de febrero de 2017 a la altura del número 45 de Vía Ibérica, muy cerca de la parada del tranvía de Argualas. De hecho, la Policía Local solicitó las imágenes que habían grabado las cámaras instaladas en este punto para esclarecer el suceso, en el que el ciclista, Arturo T. S., sufrió una contusión facial, otra en el codo izquierdo y una herida inciso-contusa en el mentón.

No se apreciaron daños aparentes en la bicicleta, pero la víctima advirtió desde el primer momento que no giraba bien y los desperfectos fueron tasados en 1.303 euros. Para cerrar el acuerdo, la Fiscalía y la acusación particular (que pedía dos años y medio de cárcel) han exigido el abono de esta cantidad y de otros 360 euros por las lesiones.

Cuando prestó declaración ante los instructores del atestado, el conductor aseguró que al pisar el freno no se percató de que la bicicleta estaba tan cerca. Pero esta versión no convenció en un principio al ministerio público, que mantenía que el acusado detuvo el vehículo "intencionadamente", con una "temeridad patente" y la única intención de hacer caer al ciclista. De hecho, para la Fiscalía el conductor actuó de esta manera porque no le gustó que el joven que iba en la bicicleta le recriminara con los brazos la forma en que le había adelantado.

Acabó empotrado en el maletero

La inesperada maniobra del Peugeot 307 que conducía el encausado cogió por sorpresa al ciclista, que sin espacio físico para detenerse acabó empotrado contra el maletero del coche y acabó en un centro hospitalario. Las cámaras de grabación captaron la secuencia del accidente, lo que permitió a los agentes contar con otro elemento de prueba. Al final, tras hablar tanto con el conductor como con la víctima, interrogar a varios testigos y visionar las imágenes, la Policía Local llegó a la conclusión de que el conductor frenó su vehículo "sin otra causa o motivo aparente que la consecución del accidente".

Tras chocar contra el turismo, el ciclista logró incorporarse sin ayuda. El joven hacía uso del casco de seguridad, lo que con toda probabilidad aminoró las consecuencias del impacto. Al no revestir sus lesiones gravedad y molesto por el inesperado frenazo, Arturo T. S. tuvo unas palabras con el conductor. Al parecer, este último preguntó al ciclista por qué circulaba por la calzada cuando discurre un carril bici en paralelo por toda Vía Ibérica. Y aunque este hecho es cierto, también lo es que el deportista podía transitar por el asfalto y no infringía ninguna norma de circulación.

El abogado del encausado, José Cabrejas, siempre consideró "desproporcionada" la condena que proponía la Fiscalía. Según este "nunca hubo ninguna intencionalidad" en la maniobra de su cliente y frenó "para recoger a sus hijos, que salían a esa hora del colegio". Finalmente, el letrado ha conseguido convencer a las acusaciones para que retiraran la acusación de conducción temeraria, que era por la que pedían los tres años de prisión. De hecho, al final, el acusado ha sido condenado únicamente por lesiones dolosas.

El motorista de Gran Vía tampoco fue a prisión

No es la primera vez que un pique de tráfico entre un conductor y un ciclista en Zaragoza acaba con el primero en el banquillo. El año pasado, la Fiscalía pidió también año y medio de cárcel para el motorista Francisco J. F. por arrimarse intencionadamente a un joven que circulaba en bicicleta por la Gran Vía hasta hacerle caer. Previamente, ambos habían tenido una discusión, ya que la víctima había reprochado al motorista que usara el carril bici para adelantar a dos autobuses.

Los hechos se produjeron el 25 de octubre de 2016 en pleno corazón de la capital aragonesa y provocaron un enorme revuelo en las redes sociales, ya que la acción del motorista fue grabada y el vídeo se hizo enseguida viral. 

Como ha sucedido con el caso Vía Ibérica, la defensa llegó también a un acuerdo con las acusaciones y la pena se quedó en una multa de 540 euros. El conductor tampoco perdió ni un día de carné, pero tuvo que abonar casi 6.000 euros en concepto de indemnización.

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