El Bizi cumple una década con 22,5 millones de viajes, aunque con caída de usuarios desde 2013

Mañana es el décimo aniversario del estreno de una red de estaciones que fue creciendo pero que ahora está estancada. La estación que ha registrado más usos es la de la plaza de España.

Estación del servicio Bizi en la plaza de Santa Engracia
Estación del servicio Bizi en la plaza de Santa Engracia
Aránzazu Navarro.

El 28 de mayo de 2008, apenas una semana antes de la inauguración de la Expo, en Zaragoza comenzaron a circular unas extrañas bicicletas rojas que se anclaban en la calle en unos aún más raros aparcabicis. Todavía eran pocos vehículos (300), pocas estaciones para dejarlos (30) y pocos usuarios (2.200). Ese día, unas 150 personas se dieron una vuelta para probarlas. Mañana se cumplen diez años de ese momento, y Bizi Zaragoza cuenta hoy con 23.544 socios, 130 estaciones y 1.300 bicicletas. En esta década se han hecho unos 22,5 millones de viajes en ‘bizi’ (22.479.974 hasta el 30 de abril) de punta a punta de la ciudad.

 

La red llega a su décimo cumpleaños en un momento de incertidumbre. La ansiada ampliación, muy demandada por los barrios, está totalmente estancada. El Tribunal de Contratos, a instancias del PP, paralizó el proyecto de ZEC para dotar al sistema con 120 estaciones y 1.200 bicicletas más a repartir por un buen puñado de distritos. Consideró que el plan, que tenía un coste de 10,2 millones hasta 2023, suponía «una adjudicación directa ilegal» del Ayuntamiento en favor de la actual concesionaria, la empresa Clear Channel.

Además, el número de usuarios cae de forma ininterrumpida desde 2013. Los primeros años hubo un crecimiento imparable, y en 2013 se llegaron a rozar los 39.000 socios. Sin embargo, en 2014 hubo un momento clave: la sentencia que prohibió a las bicicletas circular por las aceras. Las dudas sobre por dónde se podía y por dónde no se podía pedalear hicieron que muchos se echaran para atrás. El desplome parece que ya ha tocado suelo en los poco más de 23.000 clientes actuales.

Esta disminución se ha traducido, evidentemente, en el número de viajes anuales: en 2011 se alcanzaron los 3,1 millones de usos, lo que suponía que cada bici se usara 7,8 veces al día de media. En 2017, apenas se superaron los dos millones de trayectos, por lo que la media fue de 4,3 viajes por ‘bizi’ al día. En la práctica, esto se traduce en que se ha reducido notablemente la saturación que antaño sufrían las estaciones, cuando en algunas zonas no daban abasto para que aparcaran las bicicletas, mientras que en otras se quedaban sin vehículos.

A lo largo de estos años, el perfil de usuario ha ido cambiando. El servicio comenzó con una edad media de 37,9 años, cuando ahora se llega a los 42,9. Además, se ha ido masculinizando ligeramente, ya que el porcentaje de hombres ha pasado del 52,1% de 2008 al 57,6% de la actualidad. Aunque siempre depende del tiempo, el mes que más usos registra es –precisamente– mayo; el que menos, agosto, cuando las vacaciones y el fuerte calor rebajan el tráfico ciclista en la ciudad.

La estadística dice que cada viaje dura de media poco más de once minutos, y que cada bicicleta recorre todos los meses cerca de 300 kilómetros. La estación más usada es la de la plaza de España, seguida de la de Gómez de Avellaneda/Clara Campoamor, la plaza de la Magdalena, la plaza de San Francisco y Echegaray y Caballero/puente de Santiago. El tramo horario que registra un mayor número de usos es de 14.00 a 16.00. Las otras horas punta son las 8.00 y las 19.00.

Es decir, que los usuarios recurren a Bizi Zaragoza a las horas de entrada y salida de los trabajos y centros de estudios. Esto afianza la idea de que el servicio se usa para los desplazamientos rutinarios, más que para pasear. De hecho, las encuestas a los socios revelan que el 18% se hacen por ocio, mientras que el resto son para hacer gestiones (46%), ir a trabajar (21%) o ir a estudiar (7%).

El futuro del servicio

El contrato del Ayuntamiento con Clear Channel acaba en 2023. Entonces, el gobierno que esté al frente de la Casa Consistorial deberá decidir qué hace con el servicio. La empresa, además, tiene derecho a llevarse todas las estaciones y bicicletas, salvo que salga un nuevo concurso, lo gane, y se acuerde mantener las actuales. La extensión de la red a otros barrios que ahora se ha frustrado contemplaba la ampliación del contrato hasta 2027. Además, también preveía estirar el horario, de tal manera que solo se interrumpiera entre las 2.00 y las 5.00 –ahora no se puede usar entre medianoche y hasta las 6.00–.

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