Un hombre se encierra dos horas en un bar de Torrero y amenaza con hacerlo estallar
Amenazaba con hacer explotar dos bombonas de butano para quitarse la vida. Agentes del Grupo de Operaciones Especiales lo sacaron del establecimiento tras negarse a deponer su actitud.
Un hombre se atrincheró, armado con un cuchillo, a última hora de la noche de este jueves en el bar La Tasca de Torrero, situado en la avenida de América de Zaragoza, y, al parecer, amenazó con hacer explotar dos bombonas de butano, lo que motivó que se organizara un amplio dispositivo policial.
Según las primeras informaciones, se trataría del inquilino que gestiona el establecimiento, un varón de unos 43 años, agobiado por las deudas, que respondería al nombre de Sergio y que, tras una discusión con otra persona, se encerró en el local en torno a las 0.00 una vez que se fueron los clientes. Fuentes policiales señalan que el hombre, que continúa este viernes en observación psiquiátrica, presenta un cuadro depresivo diagnosticado.
Hasta allí se desplazaron varias dotaciones de la Policía Local, que procedieron a cortar un tramo de la avenida, agentes de la Policía Nacional y de la Brigada Judicial, así como del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) y Bomberos de Zaragoza, quienes cortaron el gas natural del edificio. También se desplazó una ambulancia del 061y los vecinos de las viviendas próximas (número 1-3 de la calle Pontevedra) al bar fueron también desalojados.
Un negociador de la Policía Nacional trató de convencer al individuo de que saliera, pero ante su resistencia, una docena de goes optaron por levantar por la fuerza la persiana metálica y entrar en el bar. Pasadas las 2.30, el hombre depuso su actitud y fue trasladado a un centro hospitalario para ser valorado.
En las próximas horas podría pasar a disposición judicial por amenazas y resistencia a los agentes de la autoridad.
Segundo atrincherado en una semana
El suceso se produjo solo tres días después de que un policía nacional se encerrara en los juzgados de La Almunia. El hombre se entregó voluntariamente poco antes de las 17.00, tras cinco horas de encierro, después de que un negociador de la Guardia Civil mantuviese con él un contacto permanente durante más de 4 horas .
Se trataba de J. J. P. G., varón de 58 años, miembro del Cuerpo Nacional de Policía destinado en Tudela. Tras salir por su propio pie de los juzgados, fue trasladado a un centro psiquiátrico.
