Una desaparición hace diez años en Zaragoza con final feliz en Barbate

Una familia logra localizar en la localidad gaditana a un hombre al que se daba por muerto y cuya pista se perdió en la capital aragonesa cuando trabajaba en la construcción. Parece que el desaparecido sufrió algún trauma y estaba viviendo en la calle.

Karoly Schmolka, en el centro del grupo, el pasado sábado, en el aeropuerto de Málaga.
Karoly Schmolka, en el centro del grupo, el pasado sábado, en el aeropuerto de Málaga.
Policía Local de Barbate

El 'boom' constructivo de la Expo 2008 trajo a Karoly Schmolka a Zaragoza cuando tenía 30 años. Natural de la localidad rumana de Cluj-Napoca, con la que la capital aragonesa tiene ahora conexión aérea, parece que este hombre se montó en un avión y se plantó en España en busca de un futuro. Pero alguna experiencia traumática sufrió a orillas del Ebro, porque su familia perdió por completo su pista y tras buscarlo durante mucho tiempo lo llegó a dar por muerto. La sorpresa saltó hace unos días, cuando gracias a la Policía Local de Barbate (Cádiz) sus padres supieron que Karoly seguía vivo deambulando por las calles de la localidad gaditana. El pasado sábado vinieron a buscarlo al aeropuerto de Málaga, poniendo un final feliz a una historia que arrastra una 'laguna' de casi una década.

Uno de los responsables de este feliz reencuentro ha sido el jefe de la Policía Local de Barbate, Jesús Varó, a quien preocupaba el extraño y obsesivo comportamiento de esta persona. "No sabemos por qué, estaba empeñado en coger agua de la playa y echarla por la carretera y por todas partes. Empezamos a hablar con él y vimos que podía sufrir algún tipo de trastorno", explica a HERALDO. Karoly no hablaba mucho y tampoco portaba ningún documento oficial que permitiera identificarlo. "Tan solo llevaba encima un papel en el que figuraba el que creímos su nombre, pero que nos sirvió para contactar con el consulado de Rumanía en Sevilla", relata el oficial.

El desaparecido figuraba como fallecido en los registros, pero al tener el mismo nombre que su padre se logró dar con su familia en Cluj-Napoca. La propia Policía Local de Barbate puso en contacto telefónico al hombre con sus padres, que pese a la felicidad que les suponía encontrar a su hijo se mostraban preocupados por su forma de hablar y comunicarse. "Lo encontraban extraño, diferente. Y tuve que explicarles que había sufrido algún trauma, porque llevaba tiempo viviendo en la indigencia por las calles, las playas...", relata Jesús Varó.

Pero los padres de Karoly no dudaron ni un minuto en venir a buscarlo para llevárselo a casa e intentar descubrir qué le pasó en Zaragoza, así que compraron un billete de avión para él y mandaron a varios familiares a recogerlo. Dado el estado del hombre y ante la posibilidad de que no acudiera al encuentro, el propio jefe de la Policía Local de Barbate se encargó de llevarlo en una furgoneta al aeropuerto de Málaga. "Las 24 horas previas las pasó en comisaría con nosotros", recuerda, feliz por saber que han logrado reunir a una familia pero consciente de que asumió algún riesgo legal.  

Ni siquiera el regreso a Rumanía fue sencillo, ya que al no contar Karoly con ningún documento de identidad y figurar como fallecido fue necesario dar muchas explicaciones en el control policial. Pero superado el escollo, la familia se muestra muy agradecida con todas aquellas personas que se han volcado para dar una segunda oportunidad a este hombre.

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