Los temblores nicaragüenses también se sienten en Zaragoza

Zaragoza es la ciudad española con mayor presencia de nicaragüenses. Están preocupados por las revueltas de su país.

Concentración contra la violencia en Nicaragua, el pasado 22 de abril en la plaza de España de Zaragoza.
Concentración contra la violencia en Nicaragua, el pasado 22 de abril en la plaza de España de Zaragoza.
ASOCNICA

A más de 8.500 kilómetros de distancia también se sienten los temblores. Es la distancia que separa Zaragoza (la ciudad española con mayor presencia de inmigrantes nicaragüenses) de Nicaragua. El país centroamericano está viviendo unas semanas de convulsiones sociales y políticas, con revueltas contra el presidente Daniel Ortega y una dura represión que ha dejado decenas de muertos. "Aquí nos sentimos impotentes y angustiados. Todos tenemos familia allá y queremos que la situación del país cambie", afirma Lester Gaitán, nicaragüense afincado en Zaragoza desde hace doce años y vicepresidente de la Asociación de nicaragüenses en Aragón (Asocnica).

"No dormimos viendo lo que está pasando en Nicaragua. Esta situación nos hace revivir cosas que queríamos olvidar. Somos una generación que vivimos la guerra en nuestro país. Yo fui un guerrillero sandinista y sigo siendo sandinista de corazón. Nos sentimos traicionados e indignados con Daniel Ortega. Está haciendo todo lo que criticó del dictador Somoza: ha cambiado la Constitución para perpetuarse en el gobierno, ha colocado a familiares y amigos en puestos de poder, se ha enriquecido a costa de la gente, ha ordenado matar a los jóvenes que se manifestaban. Hace falta un diálogo verdadero y un nuevo líder", opina Lester. La Asociación de nicaragüenses convocó una concentración en la plaza de España de Zaragoza el pasado 22 de abril contra la violencia y reclamando una solución pacífica.

La 'capital nicaragüense' de España

Cuando Lester llegó a Zaragoza, en septiembre de 2006, apenas había un centenar de nicaragüenses en la ciudad. Hoy son la tercera comunidad de inmigrantes en Zaragoza, tras rumanos y marroquíes, con 5.470 empadronados. La asociación apunta que contando a los nacionalizados españoles y a los recién llegados que no se han empadronado son muchos más. Las mujeres son gran mayoría: tres cuartas partes de la comunidad. Muchas trabajan en el servicio doméstico, y otros nicaragüenses se dedican a la hostelería y al comercio.

La población inmigrante está descendiendo en los últimos años en Zaragoza, pero la comunidad nicaragüense es de las pocas que sigue creciendo. "En Zaragoza nos sentimos muy bien acogidos. Es una ciudad segura y cómoda con muchas oportunidades. Los nicas trabajamos y aportamos a la economía y la sociedad local. Yo me fui de Nicaragua por motivos económicos y, en parte, políticos. Aquí he empezado una nueva vida con mi familia", afirma Lester, de 49 años. Desde hace cuatro años regenta el bar Valió la pena, en Conde Aranda (antes estaba en otra calle del barrio de San Pablo), que se ha convertido en un punto de encuentro para muchos 'nicas' zaragozanos.

Y Zaragoza se ha convertido, desde hace varios años, en la capital nicaragüense de España. Es la ciudad que acoge a la comunidad 'nica' más numerosa, por delante de Madrid, Barcelona o Valencia, según los datos de padrón recogidos por el INE. La llegada de nicaragüenses (sobre todo, mujeres) ha aumentado en toda España. Destaca el País Vasco, con más de 8.000 nicaragüenses empadronados. En Aragón, la gran mayoría residen en Zaragoza capital.

"Queremos volver"

La situación económica ha empujado a muchos nicaragüenses a salir del país en los últimos meses. Como Marisela Rodríguez, de 27 años, recién llegada a Zaragoza. Su marido y sus dos hijos de 3 y 5 años se han quedado en Managua. "He venido para buscar trabajo y enviar dinero a mi familia. Antes trabajaba en una empresa de energía en el departamento de atención al cliente, ganaba unos 200 dólares al mes al cambio y con ese sueldo es difícil salir adelante", explica.

Marisela viajó cuatro días antes de que empezaran las revueltas sociales contra el gobierno. "Mi esposo me contaba por teléfono que no podían salir de casa, cerraron las escuelas y los trabajos. Ahora la situación está más calmada. Me gustaría ahorrar y volver pronto a Nicaragua, pero depende de las circunstancias", afirma. Ahora vive con su hermano en Zaragoza y busca trabajo.

Mirta Gaitán, de 30 años y con una hija de 5, confía en que la situación se calme, haya un cambio político y vuelva la estabilidad al país. "Nicaragua era el país más seguro de Centroamérica y puede seguir siéndolo. Nicaragua tiene mucho potencial turístico y el sector estaba comenzando a crecer", apunta Mirta, que trabaja en el bar familiar y a la vez estudia 2º de Turismo en la Universidad de Zaragoza.

Ella también tiene planes para volver a su país, este verano de turista y en el futuro con algún proyecto emprendedor. "Me gustaría montar una empresa y llevar turistas allí. Es un país muy bonito y diverso, con playas, ciudades coloniales, selva, reservas naturales, más de veinte volcanes activos...", enumera, mientras sigue las noticias actuales con preocupación.

Además, Zaragoza tiene una vinculación especial con la ciudad nicaragüense de León, con la que está hermanada desde hace 25 años. Las dos ciudades comparten muchos proyectos de cooperación en distintos ámbitos sociales, educativos, sanitarios y culturales.

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