El Ayuntamiento desbloquea la urbanización del Portillo, que rebaja su coste a 12,2 millones

El gobierno municipal plantea quedarse con el edificio de Correos y confía en acelerar las obras que permitirán acabar con esta cicatriz junto al centro de la ciudad.

Edificio de Correos en el Portillo, que el Ayuntamiento plantea integrar en su patrimonio.
Edificio de Correos en el Portillo, que el Ayuntamiento plantea integrar en su patrimonio.
José Miguel Marco

Se trata de una de las grandes cicatrices de la ciudad. Es un enorme área de más de 90.000 metros cuadrados que, actualmente vallada, supone una barrera entre Las Delicias, el Centro, el Casco Histórico y La Almozara. Es un triángulo que aloja en su interior el Caixaforum, la vieja y la nueva estación del Portillo y un edificio de Correos. Ahora, la urbanización de la parcela podría desbloquearse y, además, abaratarse de 20,9 millones a 12,2.

Aunque aún no hay plazos, ayer el pleno municipal aprobó un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que facilitará que se retiren las vallas, las máquinas entren y construyan las calles y parques que ocuparán lo que ahora es un gran solar.

Se trata de una historia que viene de 2005, cuando el Ayuntamiento aprobó un área de intervención para el Portillo con un parque central de 45.000 metros cuadrados, una estación de cercanías, tres equipamientos culturales y deportivos y dos grandes edificios, uno residencial con 220 viviendas donde ahora está el edificio de Correos y una torre triangular de oficinas junto a la plaza de la Ciudadanía.

Los suelos son propiedad de Zaragoza Alta Velocidad (ZAV), formada al 50% por ADIF-Renfe, al 25% por el Ayuntamiento y al 25% por el Gobierno de Aragón. En 2015, ZAV pidió intercambiar los suelos de viviendas por los de oficinas. El objetivo era situar la zona residencial en una parcela más apetitosa para el mercado inmobiliario –en el eje de la avenida de Madrid y frente a la Aljafería– y, además, esquivar los problemas que tiene la zona del edificio de Correos, que tendrá una tramitación más complicada.

Para que sus problemas no lastraran a todo el sector, este se partió en dos, uno para la parte norte –con el bloque se viviendas– que abarca el 54% del terreno y otro para el resto. Con ese objetivo, el Ayuntamiento impulsó ese 2015 un cambio en el PGOU. Sin embargo, el ADIF tenía que ceder unos suelos a ZAV, pero la desafección del uso ferroviario de los mismos no fue completa. Por eso, en el cambio del plan general el Consistorio habló de una "desafección tácita". ADIF lo recurrió en los tribunales.

Además, había otros dos puntos de discordia. Por un lado, quién afrontaba los gastos de descontaminación de los suelos, donde al construir el Caixaforum apareció petróleo por un antiguo vertido. El Ayuntamiento los achacaba al ADIF, pero esta administración está en pleitos con la CHE por este asunto. Por otro, había discusión sobre si se incluían como gasto de urbanización el traslado a Delicias del centro de control ferroviario del Portillo y el derribo del edificio de Correos.

Tras negociar con el ADIF, se llegó a un acuerdo para que el Ayuntamiento modifique el PGOU (lo hizo ayer) sin achacar la descontaminación directamente al ADIF, para que el ente público declare la desafección de los suelos (ya lo ha hecho) y para que se excluyan de los gastos de urbanización las obras en Correos y el traslado del centro de control. Eso hace que el coste de las obras se reduzcan a 12,2 millones.

El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, dejó abierta ayer la posibilidad de que el Ayuntamiento se quede con el edificio de Correos, aunque no aclaró qué uso le daría. Ahora, ZAV deberá presentar al Ayuntamiento la reparcelación del sector, que ya tiene redactada, y el proyecto de urbanización.

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