Los barrios siguen teniendo mucho que decir. En la última asamblea anual de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) volvieron a evidenciar que quieren participar y estar presentes en la toma de decisiones tan importantes para la ciudad como la movilidad del futuro (ahora se define el próximo Plan de Movilidad Sostenible que establecerá las directrices del transporte hasta 2024) o la defensa del patrimonio industrial «para que no ocurra, por ejemplo, con la Harinera de Casetas lo mismo que sucedió con Averly», explican.

El lema de la reunión anual era claro, ‘Sin asociaciones vecinales no hay ciudad’, y las entidades exhibieron músculo con una serie de talleres y resoluciones en torno a sus inquietudes y los problemas urbanos más acuciantes. Para el nuevo presidente de la FABZ, Juan Manuel Arnal, el principal reto es «conseguir una Federación potente y que el reglamento de Participación Ciudadana recoja el papel de lo colectivo frente a lo individual».

En este sentido, la FABZ celebra la consolidación de los presupuestos participativos, pero exige que se ejecuten todas las obras propuestas. Destaca Arnal que el proceso puede «afinarse» porque habría que diferenciar las propuestas de los ciudadanos particulares de las del tejido asociativo ya sean ampas, clubs deportivos o entidades culturales. «Hemos sido muy partidarios, pero también muy críticos con los presupuestos participativos. La fórmula es positiva, pero debería priorizarse la opinión de las juntas de distrito y eliminar votaciones de apoyo intermedias. Además, existe una gran brecha digital que hace que buena parte de la sociedad se quede fuera, como ha reconocido la concejal Elena Giner y ha apuntado también un estudio de Ebrópolis», cuenta Arnal.

El nuevo presidente, veterano activista en La Paz, hace suyas las palabras del responsable de la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV), Juan Antonio Caballero, que destaca «el gran momento que vive el asociacionismo vecinal» y lo considera «el movimiento social más importante en España». En este sentido, la FABZ también confía en que puedan extenderse los «contratos de barrio» –a imagen y semejanza del PICH (Casco) y el PIBO (Oliver)– en San José, Las Delicias, Las Fuentes, Torrero y Valdefierro.

Agua y transporte público

La FABZ lleva años, «incluso antes de los recortes de la crisis», defendiendo «unos servicios públicos de calidad» y tiene en la educación y la sanidad sus principales caballos de batalla. Las ampas y el incipiente Distrito Sur, por un lado, están dando energías renovadas a la Federación y, por otro, hay proyectos enquistados como el del centro de Salud del barrio Jesús o la necesidad de contar con más pediatras en el entorno de Parque Venecia y Valdespartera.

Pero si hay un tema en el que los barrios han sido especialmente guerreros en los últimos meses, ese es el Impuesto sobre la Contaminación de las Aguas (ICA). «Ahora parece que ha bajado la intensidad de la protesta, pero ya veremos qué pasa cuando lleguen los nuevos recibos, con menos bonificación, y cuando aún hay 82.000 cartas de impagos pendientes», advierte Arnal.

A la FABZ no le duelen prendas en asegurar que el proceso participativo para la aprobación del próximo Plan de Movilidad es «muy escaso y limitado». Un documento tan importante requiere «un proceso participativo de mayor calado, dando la opción a participar desde los diferentes distritos, lo que hubiera sido más directo y enriquecedor», aseguran. Hay que recordar que el último documento de este tipo se redactó en 2006, cuando ni se sospechaba el auge de la bicicleta ni, tampoco, que la implantación del tranvía se llevaría por delante decenas de líneas de bus. Eso sí, la FABZ también muestra su férreo apoyo a una hipotética línea 2 de tranvía que enlace el este y el oeste de la ciudad y pide que se den pasos para que se convierta en una realidad. «Es el transporte de alta capacidad más limpio y respetuoso con el medio ambiente», apunta Arnal, recordando también los objetivos de reducción de emisiones en la estrategia 20/20, que está ya a la vuelta de la esquina.

Como lo están también las próximas elecciones municipales, si bien en la FABZ ya tiene experiencia contrastando «las promesas de los programas electorales con los balances y el legado real que deja cada gobierno».