Los ladrones de catalizadores llegan a Valdespartera tras pasar por Arcosur

Hace años eran los radiocasetes o los GPS, pero ahora los ladrones de coches se decantan por los catalizadores. Buscan platino, paladio y rodio; tres metales escasos cuyo valor está en alza en el mercado negro. La sustracción de esta pieza, según la Policía Nacional, ha sufrido repuntes puntuales desde 2014 en ciudades como Madrid, Toledo o Valencia, y Zaragoza también se sitúa como una de las localidades españolas afectadas.

Los barrios del sur son los que más están sufriendo en los últimos meses robos de este elemento metálico con el que se hace negocio hasta con su carcasa. Las primeras sustracciones registradas de la oleada más reciente se remontan a octubre de 2017 en Arcosur, concretamente en la calle de Invasores del Espacio, pero el número de denuncias se incrementó a principios de 2018. A mediados de marzo, agentes de la Policía Nacional detuvieron en Zaragoza a un hombre y una mujer como presuntos autores del robo de más de 65 catalizadores de vehículos.

La oleada no ha parado y ahora ha llegado hasta el barrio vecino de Valdespartera. El pasado 26 de marzo saltó la primera alarma de desaparición de esta pieza metálica en algunos coches que se encontraban en el interior de garajes particulares, y a mediados de abril siguen llegando a la Asociación de Vecinos Los Montes de Valdespartera avisos de nuevos robos. En Parque Goya, esta semana una vecina también ha lamentado el robo del catalizador de su Peugeot 406 en el garaje de su vivienda.

Adolfo Lahoz, presidente del colectivo vecinal de Valdespartera, explica que la zona de actuación es la de los depósitos del barrio y la de las calles de Viridiana y de El Acorazado Potemkin, donde se encuentran unos  garajes “que carecen de las medidas necesarias de seguridad”. El número de robos no ha sido cuantificado, pero Lahoz afirma que “la cifra es numerosa, no ha sido un hecho aislado”. Desde la asociación han puesto el asunto en conocimiento “de las autoridades pertinentes” y han alertado al vecindario “para que tenga precaución con sus vehículos, pero también con los trasteros”.

En Valdespartera reclaman mayor presencia policial, fundamentalmente en horario nocturno, igual que lo solicitaron en su día los vecinos de Arcosur, ya que “por desgracia nuestro barrio no está vigilado, ver Policía Local o Nacional no es algo habitual”, apunta Lahoz. El presidente añade que tienen localizadas dos zonas especialmente conflictivas, la de los depósitos y la del ferial, donde los jóvenes se suelen reunir de parte tarde-noche para, entre otras cosas, hacer botellón. De este modo, considera que si hubiera más patrullas de policía circulando por el barrio “serviría como medida de prevención y ayudaría a frenar estas prácticas”.

Algunos vecinos lamentan que los robos de catalizadores se produzcan fundamentalmente en los barrios del sur y aseguran ser “blanco de sustracciones al vivir en zonas periféricas y sin gran control”, ya que estiman que “aquí probablemente existan más vías de escape que en otros puntos de Zaragoza, lo que puede dar más seguridad a los ladrones para cometer este tipo de actos”. Para evitar estas situaciones, la Policía propone como una de las soluciones la instalación de cámaras de seguridad en las comunidades de vecinos, porque “suelen ser un elemento disuasorio ante posibles robos”.

Los residentes en Arcosur decidieron tomar medidas de autoprotección ante la oleada de sustracciones. A la instalación de cámaras de vigilancia se sumó la reconfiguración de las llaves de acceso a los garajes. En Valdespartera, la asociación de vecinos ha recogido estas propuestas y también ha invitado a las comunidades a cambiar el mando de los garajes. Para el colectivo, “la instalación de cámaras de seguridad no es una solución al problema” y prevé que la delincuencia solo descenderá “si ven que la Policía hace rondas con frecuencia por nuestras calles”.

Los vecinos también están dispuestos a poner de su parte y han hablado de llevar especial cuidado cuando accedan con sus vehículos a los garajes para asegurarse de que no se cuela nadie que no sea propietario, aunque son conscientes de que “es muy difícil llevar a cabo ese control de manera exhaustiva, pero lo vamos a intentar”.