Fomento coloca "obstáculos" en el arcén en el que dos ciclistas murieron atropellados

Los usuarios se ven obligados a invadir la calzada en dos puntos en los que, hasta ahora, no era necesario.

Imagen de archivo.
Una de las balizas está a escasos metros del lugar del atropello mortal de 2016.

El próximo mes de agosto se cumplirán dos años del atropello mortal de Enrique Comín y Alberto Martínez, dos ciclistas zaragozanos de 61 y 68 años, respectivamente, en el kilómetro 476 de la N-330, a la altura del término municipal de Botorrita. Un suceso que motivó distintas movilizaciones de los colectivos ciclistas zaragozanos debido, en buena medida, a que el conductor del vehículo, Leoncio M. P., de 62 años, triplicaba la tasa de alcohol permitida.

La carretera de Valencia, que transcurre paralela a la autovía Mudéjar, es una de las más transitadas por los zaragozanos que salen a pedalear sobre asfalto, sobre todo en los fines de semana, cuando clubes y particulares dejan ver sus coloridos maillots por sus arcenes. En estos se han colocado recientemente distintas balizas que obligan a los usuarios a invadir la calzada en puntos en los que, hasta ahora, no era necesario. Los puntos kilométricos afectados se encuentran a escasa distancia del lugar del fatal arrollamiento.

Una de las agrupaciones deportivas que visita a menudo la vía es El pedal aragonés. Su presidente, Adolfo Bello, buen conocedor del recorrido, explica la peligrosidad que entrañan estas señales, instaladas por los operarios de Tráfico: "Ocupan un espacio destinado para el tránsito y por el que ya no podemos pasar. Esto nos obliga a entrar a la calzada y, cuando vas en grupo, resulta difícil darte cuenta de ese obstáculo hasta que ya lo tienes encima".

Las balizas verticales disuasorias, conocidas popularmente como 'obispos' debido a que su morfología recuerda su gorro o solideo, apenas dejan medio metro para que el ciclista avance sin superar la línea continua que delimita el arcén. Una distancia a todas luces insuficiente, sobre todo porque se exponen a que el pedal impacte con la señal, dando lugar a una segura caída de éste. Asimismo, las isletas han sido rodeadas por bolardos, que "acumulan todo tipo de suciedad".

Bello recuerda que la carretera en cuestión es "una de las especialmente transitadas por ciclistas en la Comunidad" y que "ya cuenta con señales de distinto tipo en las que se recuerda la gran presencia" de bicicletas circulando por los arcenes. "De hecho -añade- la DGT está realizando un excelente trabajo de protección al ciclista".

El colectivo no cree que las nueva señalización se ajuste a la normativa. "Dudamos de que sea legal colocar obstáculos en una zona de tránsito y nos gustaría que Tráfico lo reconsiderase".

Pidió no volver a prisión

El juicio por el atropello mortal en Botorrita se dejó visto para sentencia el pasado mes de marzo. El abogado defensor pidió una pena de tres meses por la alcoholemia, tiempo que su cliente ya pasó en prisión preventiva. El letrado del conductor afirmó que el atestado de la Guardia Civil no es riguroso, lo que a su juicio impide responsabilizar al conductor de la muerte de los ciclistas. Los forenses consideran que había bebido el equivalente a medio litro de coñac y era "una bomba".

Por su parte, la Fiscalía y los abogados de las familias de las víctimas se opusieron al atenuante de reparación del daño y a solicitar penas de entre cuatro y seis años de prisión, además de la retirada del permiso de conducir e indemnizaciones que rondan los 600.000 euros.

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