El niño que se quedó atrapado en su pupitre

El trabajo de los Bomberos es duro, y sus profesionales se tienen que enfrentar a realidades que incluyen muertes y un amplio historial de tragedias. Sin embargo, en su hoja de servicios también hay lugar para intervenciones menos dramáticas y más curiosas que, en algunos casos, seguro que dieron para más de un chascarrillo entre los profesionales en los pasillos del parque de Bomberos.

Según la memoria del Cuerpo de Bomberos del año 2017, el día 3 de enero de ese año, por ejemplo, una unidad acudió a la calle Francisco de Vitoria para liberar a una persona... que se había quedado enganchada a un radiador con su pulsera. Dos días antes, en Año Nuevo, recuperaron un móvil del interior de una alcantarilla en la calle Contamina. El día 7 de ese mismo mes, usaron la autoescala en la calle Santa Orosia para recuperar una bolsa con dinero que acabó en un alféizar al ser lanzada desde un piso, no se sabe por qué ni con qué objetivo.

El 7 de febrero, en la plaza Cabañas de Ebro, se forzó la apertura de un baño en un domicilio en el que se había quedado atrapado un gato que, al abrir un cajón, dejó bloqueada la puerta. Los animales son protagonistas de muchas actuaciones de Bomberos. Así, los rescates de patos, perros y gatos son muy habituales.

El 18 de abril, una unidad acudió a un colegio para liberar la pierna de un niño que se había quedado atrapada en su pupitre. El 5 de mayo, en un domicilio particular, se dio una situación similar, y hubo que cortar parte de la trona donde una niña estaba enganchada. También hubo dos casos de chavales con el pie atrapado en los radios de sus bicis que necesitaron la ayuda de los Bomberos.